¿Qué hacer si tus datos personales se filtraron en la red?
Según Kaspersky, 39% de los mexicanos ha sufrido consecuencias negativas por el mal uso de su información.
El robo, la filtración y la venta de datos personales en la dark web se han convertido en una práctica cada vez más común en el mundo digital. Una vez que esta información cae en manos equivocadas, los riesgos se multiplican: desde el robo de identidad y la extorsión, hasta el acoso en línea o el doxing, una práctica que consiste en publicar información sensible de una persona para intimidarla o acosarla. Según un reciente estudio de la firma de ciberseguridad Kaspersky, el 39% de los mexicanos ha sufrido consecuencias negativas derivadas del uso indebido de sus datos. Esto refleja no solo la magnitud del problema, sino también la urgencia de fortalecer la cultura de la ciberseguridad tanto en el ámbito personal como en el corporativo.
Vulnerabilidades en todos los niveles
Las filtraciones de información pueden ocurrir de distintas formas. En muchos casos, los datos provienen de usuarios que ya habían sido vulnerados en ataques anteriores. Sin embargo, también es común que se originen por la pérdida o el robo de dispositivos, por ciberataques dirigidos a las organizaciones que almacenan los datos o incluso por un manejo interno deficiente de la información.
Kaspersky advierte que uno de cada tres empleados en México tiene acceso a información confidencial de clientes, lo que representa un riesgo adicional si no existen controles adecuados. Un error humano, un descuido o la falta de capacitación en seguridad digital pueden abrir la puerta a una fuga con consecuencias graves.
En paralelo, el crecimiento del comercio electrónico, la digitalización de servicios y el teletrabajo han aumentado el volumen de datos personales que circulan en línea, generando un ecosistema mucho más vulnerable. En este contexto, la pregunta no es si ocurrirá una filtración, sino cuándo y qué tan preparados estarán los usuarios para afrontarla.
Primeros pasos tras una filtración
Ante este escenario, los especialistas de Kaspersky proponen una serie de medidas inmediatas para mitigar riesgos en caso de descubrir que la información personal ha sido expuesta.
El primer paso es verificar si los datos han sido afectados. Existen servicios y herramientas en línea que permiten comprobar si un correo electrónico, contraseña o número de teléfono aparece en bases de datos comprometidas. Algunas de estas plataformas incluso ofrecen alertas de seguridad para actuar con rapidez y evitar daños mayores.
El segundo paso es cambiar las contraseñas de todas las cuentas en línea, desde redes sociales y correos electrónicos hasta servicios de streaming o banca digital. Los expertos recomiendan no reutilizar claves y optar por contraseñas largas y complejas, preferentemente gestionadas con un administrador de contraseñas. A ello se suma la importancia de activar la autenticación de dos factores (2FA), que añade una capa extra de seguridad mediante códigos de un solo uso.
Otra medida esencial es estar alerta frente a intentos de phishing. Tras una filtración, los ciberdelincuentes suelen aprovechar para enviar correos o mensajes falsos con enlaces maliciosos. Lo recomendable es no abrir archivos sospechosos y, en su lugar, acceder directamente a los sitios web oficiales o contactar a las instituciones por sus canales verificados.
En caso de que los datos bancarios se vean comprometidos, lo más seguro es bloquear y reemitir las tarjetas. También se aconseja no almacenar información financiera en línea y, cuando sea posible, utilizar intermediarios seguros para procesar pagos.
Cómo reducir riesgos en el futuro
Además de las acciones inmediatas, Kaspersky destaca prácticas preventivas que pueden ayudar a los usuarios a reducir el impacto de una posible filtración.
Una de ellas es compartir solo la información mínima necesaria al registrarse en servicios digitales. El uso de cuentas de correo alternas, la omisión de datos sensibles como nombre completo o domicilio, y la adopción de identidades digitales secundarias pueden disminuir el alcance de un ataque.
El uso constante de redes privadas virtuales (VPN) es otra recomendación clave. Al ocultar la dirección IP real y cifrar los datos antes de transmitirlos, se dificulta que los ciberdelincuentes intercepten la información. Esto es especialmente relevante cuando se utiliza Wi-Fi público.
Finalmente, la implementación de soluciones de seguridad confiables es fundamental. Estas herramientas permiten detectar intentos de robo de identidad, páginas falsas y campañas de phishing, además de alertar al usuario cuando sus datos aparecen en bases comprometidas.
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