Infraestructura

México alza la mirada al cielo: nace la misión Ixtli, su primera constelación satelital con tecnología propia

México da un paso histórico hacia la soberanía espacial con la misión Ixtli, un proyecto que desarrollará y pondrá en órbita una constelación de satélites nacionales para vigilar el territorio, impulsar la innovación tecnológica y reducir la dependencia de servicios extranjeros en áreas clave como seguridad y medio ambiente.

En un anuncio que marca un antes y un después en la historia espacial de México, el gobierno federal presentó la misión Ixtli: una constelación de satélites de observación terrestre desarrollada con al menos 50 % de tecnología nacional, cuyo propósito central es que el país produzca sus propios datos satelitales sin depender del exterior. Bajo esta iniciativa, México busca insertarse en la “economía espacial” desde una posición de autonomía científica, tecnológica y estratégica.

Qué es la misión Ixtli y por qué es relevante

“Ixtli”, que en náhuatl significa literalmente “ojos para ver”, es un proyecto ambicioso que pretende lanzar una constelación de cuatro satélites de observación terrestre con fines civiles, ambientales y de seguridad. El objetivo es claro: monitorear el territorio mexicano con tecnología propia, reduciendo la dependencia de servicios extranjeros y fortaleciendo la toma de decisiones basada en datos internos.

La relevancia de esta apuesta no radica únicamente en tener acceso directo a imágenes satelitales, sino en impulsar la soberanía tecnológica: que México asuma el control del diseño, fabricación e interpretación de sus propios satélites, sin intermediarios ni filtros externos.

La misión Ixtli avanza en su fase de diseño con el objetivo de lanzar el primer satélite entre diciembre de 2026 y principios de 2027, con una inversión inicial de 100 millones de pesos.
La misión Ixtli avanza en su fase de diseño con el objetivo de lanzar el primer satélite entre diciembre de 2026 y principios de 2027, con una inversión inicial de 100 millones de pesos.

Para ello, se pretende que al menos la mitad de los componentes (hardware, integración, estaciones terrestres, software) sean de origen nacional.

Cronograma, presupuesto y etapas del proyecto

La misión Ixtli se encuentra actualmente en fase de diseño. Desde diciembre de 2024, expertos, investigadores y estudiantes de la UNAM, el IPN, el CICESE y la UPAEP colaboran en la definición y planificación del proyecto.

Durante 2025 se dispone de un presupuesto inicial de alrededor de 100 millones de pesos mexicanos, con la meta de expandir los recursos conforme avance la ejecución.

Respecto al calendario de lanzamientos, se planea que el primer satélite entre en órbita entre diciembre de 2026 y el primer trimestre de 2027. Los lanzamientos restantes podrían realizarse en 2027 y, posiblemente, en 2028.

La misión Ixtli permitirá monitorear fenómenos naturales como incendios forestales, ayudando a mejorar la gestión de desastres y la protección del medio ambiente en México.
La misión Ixtli permitirá monitorear fenómenos naturales como incendios forestales, ayudando a mejorar la gestión de desastres y la protección del medio ambiente en México.

Existen ya detalles técnicos preliminares: se considera que sean nanosatélites o microsatélites de tipo CubeSat, con cámaras multiespectrales (visible e infrarrojo), orbitando en una órbita baja heliosíncrona, y dos estaciones terrestres para control, recepción y procesamiento de datos.

Se espera que la cobertura o utilidad de los datos alcance hasta un 79.8 % del territorio nacional una vez operativa la constelación.

Roles de las instituciones participantes

  • UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México): coordina el diseño, integración, sensores y análisis de datos, liderando el Programa Espacial Universitario (PEU).
  • IPN (Instituto Politécnico Nacional): colabora en el desarrollo de componentes y sistemas tecnológicos clave, y participa en la construcción de estaciones terrestres.
  • CICESE (Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada): se encarga de pruebas, validaciones y simulaciones de los sistemas para garantizar su desempeño en órbita.
  • UPAEP (Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla): aporta experiencia en software, procesamiento de imágenes y gestión de datos satelitales. También ha tenido participación previa en proyectos de nanosatélites como el AzTechSat-1.
El proyecto Ixtli es el resultado de la colaboración entre diversas instituciones académicas, como la UNAM, el IPN, el CICESE y la UPAEP, con el apoyo del gobierno federal.
El proyecto Ixtli es el resultado de la colaboración entre diversas instituciones académicas, como la UNAM, el IPN, el CICESE y la UPAEP, con el apoyo del gobierno federal.

Estas instituciones trabajan en conjunto con apoyo de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti), y del Estado mexicano en materia de financiamiento y coordinación institucional.

Aplicaciones, beneficios e impacto

La constelación Ixtli no es un ejercicio académico: sus usos previstos apuntan a desafíos reales del país. Aquí algunas aplicaciones esperadas:

  • Monitoreo ambiental: incendios forestales, degradación de bosques, salud de cultivos, deforestación y cambio climático.
  • Ordenamiento urbano y desarrollo territorial: seguimiento del crecimiento de ciudades, expansión urbana descontrolada, uso del suelo.
  • Seguridad nacional: vigilancia territorial, fronteras, detección de actividades ilegales y apoyo estratégico en operaciones de seguridad.
  • Reducción de costos y autonomía tecnológica: actualmente, muchas dependencias mexicanas adquieren imágenes satelitales al extranjero por costos elevados (se estima una factura cercana a 250 millones de pesos al año). Con Ixtli, esos gastos se reducirían al tener acceso propio a los datos.
  • Patentes, industria espacial y desarrollo científico: el proyecto contempla patentar desarrollos posibles, fortalecer la industria nacional y generar conocimiento que impulse futuros proyectos espaciales.
La misión Ixtli busca colocar una constelación de satélites de observación terrestre con tecnología nacional, promoviendo la soberanía espacial de México.
La misión Ixtli busca colocar una constelación de satélites de observación terrestre con tecnología nacional, promoviendo la soberanía espacial de México.

A mediano plazo, se espera que esta constelación abra puertas para que México se inserte en la economía espacial global, una industria que ya mueve cientos de miles de millones de dólares al año a nivel mundial.

Desafíos, riesgos y caminos pendientes

Aunque el proyecto es prometedor, enfrenta retos considerables:

  • Financiamiento sostenible: 100 millones de pesos en 2025 es una base, pero el proyecto requerirá recursos crecientes para escalamiento, lanzamientos y operación continua.
  • Logística de lanzamiento: México no posee instalaciones para lanzar satélites comercialmente; dependerá de contratos con agencias o empresas de otros países.
  • Desarrollo tecnológico nacional: alcanzar el 50 % de tecnología nacional supone fortalecer cadenas de producción, diseño avanzado y capacitación especializada.
  • Gestión de datos y estaciones terrestres: no basta con tener satélites, es indispensable contar con estaciones terrestres, centros de control, centros de datos y sistemas robustos de análisis.
  • Estabilidad política e institucional: para que el proyecto trascienda cambios de gobierno, requiere respaldo continuo y políticas a largo plazo.

Además, algunas fuentes reportan que la selección de órbitas, la definición de frecuencias y los análisis de riesgos ya se están realizando, así como los primeros modelos de ingeniería del satélite.

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