Infraestructura

Centros de datos verdes como respuesta a eficiencia energética desde el sistema de enfriamiento

Los sistemas de enfriamiento evaporativo consumen hasta 5 veces menos energía que los tradicionales.

El crecimiento de la infraestructura digital en todo el mundo ha traído consigo nuevos retos técnicos y operativos. Entre ellos, uno de los más relevantes —y a menudo invisibles para el usuario final— es el manejo del calor generado por los equipos informáticos. El enfriamiento o cooling en los centros de datos se ha vuelto una pieza clave en la operación eficiente, segura y sostenible de este tipo de instalaciones.

Actualmente, entre el 30% y el 40% del consumo energético total de un centro de datos puede destinarse únicamente a los sistemas de enfriamiento. Esta cifra convierte al cooling en un tema prioritario para las compañías que buscan no solo optimizar costos, sino también cumplir con compromisos ambientales y de sustentabilidad.

Aire vs. líquido, evolución de las tecnologías de enfriamiento

Históricamente el enfriamiento por aire ha sido la solución predominante. A través de ventiladores, aires acondicionados y sistemas de flujo dirigido, el aire frío mantiene la temperatura de operación dentro de los rangos recomendados. Es una tecnología probada y económica, aunque menos eficiente cuando las cargas de trabajo se intensifican.

Por otro lado, el enfriamiento líquido ha comenzado a posicionarse como una alternativa avanzada, especialmente en centros que alojan servidores de alta densidad. Esta tecnología permite extraer el calor desde el procesador mediante fluidos especiales, con un mayor rendimiento energético y una capacidad de disipación mucho más eficiente.

Centros de datos
30% y el 40% del consumo energético total de un centro de datos puede destinarse únicamente a los sistemas de enfriamiento.

De acuerdo con Amet Novillo, director general de Equinix México, invertir en soluciones de cooling innovadoras ha sido esencial para atender las necesidades de clientes con cargas de cómputo cada vez más exigentes. “La eficiencia energética está en el centro de nuestra estrategia. Implementamos sistemas personalizados según el tipo de operación de cada cliente”, asegura.

Además del tipo de enfriamiento directo a los equipos, el sistema general del edificio es otro factor fundamental. Existen diferentes tecnologías para manejar la temperatura a gran escala, como los sistemas tradicionales por aire o los de enfriamiento evaporativo, que utilizan agua para disipar el calor.

Este último puede ser hasta cinco veces más eficiente en consumo eléctrico. Sin embargo, su aplicación requiere especial atención al uso responsable del agua, sobre todo en regiones donde este recurso es escaso. Algunas empresas optan por utilizar agua no potable o reciclada para este fin, reduciendo el impacto ambiental.

Flujo de aire, intercambiadores de calor y organización del espacio

Otra de las claves en la eficiencia térmica está en cómo se organiza el flujo de aire. Soluciones como las unidades CRAC (Computer Room Air Conditioning), CRAH (Computer Room Air Handling) y CDU (Coolant Distribution Unit) son comunes en los centros modernos. Estos sistemas se encargan de distribuir y gestionar el calor entre los equipos y el sistema general de enfriamiento.

Una técnica ampliamente adoptada para mejorar la eficiencia es la creación de pasillos fríos y calientes, que separan físicamente el aire frío de suministro del aire caliente que expulsan los servidores. Esta disposición permite una circulación más controlada del aire, reduciendo el esfuerzo de los sistemas de enfriamiento y mejorando la eficiencia energética general.

En línea con la búsqueda de soluciones sostenibles, algunos centros de datos han comenzado a aprovechar el calor residual generado por sus operaciones. Mediante alianzas con redes de calefacción urbana o empresas externas, ese calor se reutiliza para dar servicio a edificios, viviendas u otras instalaciones.

Esta práctica no solo reduce el desperdicio energético, sino que también genera beneficios económicos y medioambientales, especialmente cuando el centro de datos opera con energía 100% renovable, como sucede en los más de 235 centros Equinix IBX alrededor del mundo.

Enfriamiento en cetros de datos
, el rango óptimo de temperatura para los centros de datos está entre 18°C y 27°C, siendo los 22.2°C el promedio más habitual

Enfriamiento natural cuando el clima juega a favor

En algunas ubicaciones, es posible aprovechar las condiciones naturales para enfriar sin necesidad de utilizar tecnología intensiva. Esta técnica, conocida como free cooling, consiste en utilizar el aire exterior, cuando la temperatura ambiente es suficientemente baja, para mantener frescos los equipos.

En ciudades con climas templados o estaciones frías prolongadas, esta alternativa puede reducir significativamente el consumo energético anual. Algunos centros también emplean agua de lagos profundos o pozos naturales para alimentar sistemas de enfriamiento con una huella de carbono mínima.

Según la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE), el rango óptimo de temperatura para los centros de datos está entre 18°C y 27°C, siendo los 22.2°C el promedio más habitual. Cada grado adicional implica una diferencia importante en los costos operativos y en el consumo eléctrico.

Mantener esa temperatura con precisión, sin sobrerrefrigerar ni dejar que suba más de lo necesario, es uno de los factores clave para maximizar la eficiencia energética. La automatización y la analítica en tiempo real permiten hoy hacer ajustes dinámicos según la carga de trabajo y las condiciones del entorno.

Las empresas que lideran este camino están invirtiendo no solo en tecnología, sino también en una visión de largo plazo donde el rendimiento y la sustentabilidad vayan de la mano.

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