OpenAI apunta al sector salud con nuevas herramientas médicas basadas en inteligencia artificial
La empresa detrás de ChatGPT busca expandir su alcance más allá del asistente conversacional, con el objetivo de desarrollar productos de salud impulsados por IA generativa. Este movimiento marca su entrada al competitivo mercado médico, donde ya han fallado gigantes tecnológicos como Google, Amazon y Microsoft.
OpenAI planea dar un paso decisivo hacia el ámbito sanitario con el desarrollo de nuevas herramientas de salud y un posible asistente médico personal basado en inteligencia artificial. Según un informe publicado por Business Insider, la compañía busca tener un mayor impacto en la vida de sus usuarios y explorar nuevos mercados, especialmente en un momento en que ChatGPT no puede ser utilizado como médico ni brindar asesoramiento profesional.
El interés de la empresa en este sector se refleja en recientes contrataciones estratégicas, como la de Nate Gross, cofundador de Doximity, quien asumió el cargo de responsable de estrategia sanitaria en junio, y Ashley Alexander, exejecutiva de Instagram, nombrada vicepresidenta de productos sanitarios en agosto. Durante la conferencia HLTH, Gross reveló que ChatGPT cuenta con 800 millones de usuarios activos semanales, muchos de los cuales solicitan consejos médicos, lo que obligó a la empresa a actualizar sus políticas de uso.
De acuerdo con las nuevas normativas, ChatGPT tiene prohibido ofrecer asesoramiento en áreas que requieran licencias profesionales, como la medicina, el derecho o las finanzas. La medida busca proteger a los usuarios de decisiones de alto riesgo, dejando claro que la IA no debe reemplazar la orientación de profesionales calificados como médicos, abogados o asesores financieros.
Asimismo, los profesionales de la salud en Estados Unidos tampoco pueden utilizar la herramienta como asistente médico debido a las regulaciones de la Ley de Responsabilidad y Portabilidad del Seguro Médico (HIPAA). Para emplear IA en entornos clínicos, deben recurrir a plataformas especializadas que trabajen con datos precisos de pacientes y no con información pública disponible en internet, garantizando así la seguridad y precisión de los diagnósticos.
Aunque esta nueva iniciativa podría ampliar la presencia de OpenAI en sectores estratégicos y mejorar su acceso a datos de salud, la empresa enfrenta un desafío considerable. No es la primera vez que una tecnológica intenta adentrarse en este ámbito: Google, Amazon y Microsoft han realizado esfuerzos similares sin lograr una adopción masiva.
Ejemplo de ello fue el cierre del servicio de salud de Google en 2011 por su baja demanda, la desaparición del programa de fitness Amazon Halo en 2023, y el fracaso de HealthVault de Microsoft, que tampoco consiguió atraer a los usuarios. Aun así, OpenAI parece decidida a aprender de esos intentos fallidos para construir un ecosistema de salud más confiable y basado en IA.
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