Ventajas de radicarse en distritos tecnológicos: por qué las empresas se mudan y buscan estar cerca del ecosistema

Con el impulso que desde los distintos gobiernos provinciales y municipales se le ha dado al desarrollo de empresas de tecnología en los últimos años, los llamados “polos y distritos IT” son cada vez más en la Argentina. Existen en la ciudad de Buenos Aires (CABA), Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, Tandil, Corrientes, Bahía Blanca, San Luis, Bariloche y en las provincias de Chaco y Jujuy, entre otras. Las ventajas de pertenecer a estos clusters y radicarse en los parques diseñados para alojar empresas del rubro son más que nada económicas, ya que las que optan por mudarse e invertir en esos lugares reciben importantes exenciones impositivas. Sin embargo, el poder estar “cerca” del resto de las firmas del sector, de proveedores y clientes, es un plus que también se pone en consideración a la hora de evaluar esta alternativa.

“La función de los polos es juntar gente, visibilizarlo para que más personas se acerquen a esto. Así, la sociedad en su conjunto ve que el sector crece y se consiguen inversiones. Pero se necesitan también políticas públicas que fomenten este desarrollo”, afirmó Bernardo Martínez Saenz, vicepresidente de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI) en diálogo con ITSitio.

El directivo agregó que la ventaja para la empresa que se radica en el distrito, por ejemplo el de Parque Patricios en Capital Federal, termina siendo impositiva, “pero las compañías terminan exportando de forma más rápida, teniendo una tasa de supervivencia más alta; y todo es producto de la sinergia que hay entre las empresas del distrito”. Martínez Saenz señaló además que desde la Cessi están trabajando con clusters de todo el país, con los que armaron la Red Federal de Polos, a fines de avanzar hacia una mayor federalización del impacto que genera la industria del software.

En el país existen polos tecnológicos, cuya misión es promover y estimular el desarrollo de tecnología informática, así como también generar alianzas entre las firmas y las universidades, los centros de investigación y desarrollo y los organismos públicos y privados relacionados con el sector, pero también hay distritos tecnológicos. En este caso, se trata de lugares geográficos (barrios, en muchos casos) que ofrecen, si la firma se radica allí, importantes beneficios impositivos.

Uno de los más emblemáticos es el de Parque Patricios, en CABA, que hoy ya cuenta con 461 empresas de desarrollo de software; producción de hardware; servicios informáticos; nanotecnología y nanociencia; biotecnología, bioinformática y biología molecular; e inteligencia artificial, realidad aumentada y virtual. En materia impositiva, los beneficios son la exención del 100% de Ingresos Brutos (que, según la facturación, oscila entre el 3,5% y el 5,5%) por el desarrollo de las actividades promovidas dentro del distrito; del 100% de Impuestos a los Sellos (va del 0,5% al 3,5%) para todos los contratos relacionados a las actividades promovidas; el 100% del ABL por el inmueble utilizado dentro del distrito; y del 100% de los derechos para realizar trámites de obras, instalaciones, catastros e interpretación urbanística (oscila entre el 0,5% y el 2%) para las nuevas obras y proyectos de inversión que desee realizar la empresa radicada.

“Las empresas que están en el distrito de Parque Patricios tienen una serie de beneficios impositivos y las que son de tecnología pero están fuera pueden estar adheridas a la Ley de Economía del Conocimiento, sumarse a su vez a ese mismo régimen de la Ciudad y gozar también de beneficios vinculados exclusivamente con Ingresos Brutos. Esto tiene que ver con la localización, más allá de estar adherido al polo. Participar del polo les permite estar al tanto de lo que pasa en la industria y vincularse”, explicó a este medio Marcelo Di Chena, prosecretario del Polo IT de Buenos Aires y dueño de la empresa de software Mastersoft. Se trata de una asociación civil sin fines de lucro que nuclea a más de 200 empresas proveedoras de productos y servicios informáticos de CABA y AMBA.

Marcelo Da Cunha es el dueño de Visión Tecnológica, una firma que provee servicios -soporte de computadoras- pero también vende piezas, como licencias de Google o Microsoft. La empresa tiene 22 años en el mercado, pero se mudó al distrito de Parque Patricios hace dos y este año lograron la certificación para gozar del beneficio, que se renueva anualmente. “Desde que estamos, nos habremos ahorrado unos $500.000 mensuales por no pagar Ingresos Brutos sobre la facturación de la parte de servicios en Capital Federal. Sobre la venta de piezas y la venta de servicios fuera de CABA tenemos que pagar el impuesto”, explicó el empresario que emplea a 30 personas en su firma.

Los beneficios que otorga el gobierno porteño a empresas que estén radicadas en Parque Patricios no incluye a mayoristas y distribuidores, tanto de hardware como de software. Sin embargo, a muchas firmas dedicadas a la reventa les conviene igualmente estar en el distrito, o al menos cerca, no sólo por la facilidad de la cuestión geográfica para el día a día del negocio, sino por la posibilidad de estar más conectado con lo que sucede en el sector y ampliar su abanico de proveedores y clientes. En el caso del Polo IT, Di Chena señaló que “el beneficio que ve un mayorista es participar en el cluster de tecnología para poder generar canal a través de las empresas. Ya no pasa tanto por lo impositivo y geográfico, sino por estar en contacto con el canal, generar espacios de trabajo donde hay reuniones de negocios y donde participan empresas del sector”.

Consultadas al respecto, fuentes de Cadmipya, la cámara que nuclea a empresas fabricantes y mayoristas de informática, contaron que varios de sus asociados tuvieron experiencias sumamente positivas en CABA al instalarse e invertir en el distrito tecnológico. “No solo por los beneficios tributarios, sino por el clima de ecosistema de negocios generado, con articulación público privada con distintos organismos como el propio Banco Ciudad”, señalaron desde la entidad.

La apuesta de un “Silicon Valley” en Escobar

“Una ciudad del futuro ya no sólo tiene que ser una smart city, sino diseñarse a sí misma para generar contenidos y recursos humanos y prepararse para la revolución digital. En Escobar intentamos estar un paso adelante”. Así definió, en diálogo con este medio, el intendente de la localidad bonaerense, Ariel Sujarchuk, quien se desempeñó como secretario de Economía del Conocimiento desde mediados del 2022 y abril de este año.

El polo en Escobar fue creado hace cuatro años mediante una ordenanza y hoy ya está radicada allí Pixart, la primera fábrica de microcomponentes (chips), que a su vez está construyendo una segunda nave de 5.000 metros cuadrados y dejará unos 2.000 para la construcción de un Temaiken tecnológico. Según afirmó Sujarchuk, “las empresas que se instalan en Escobar tienen un lugar físico para arrancar, si son start ups, mientras que si ya son pymes consolidadas, pueden tener lugar o beneficios económicos en el lugar donde se instalen. La idea es hacer una ciudad del futuro”. Además de Pixart, están radicadas el Grupo Núcleo, Fundación 360 (aceleradora), Mirgor (con una unidad de negocios de capacitación para reparación de celulares) y la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAM) para desarrollar proyectos vinculados a la materia.

Según relató el Intendente, el municipio les otorga a las empresas “un ambiente propicio para desarrollarse, herramientas y un ecosistema para poder interfasear”. “Tenemos uno de los polos biotecnológicos más grandes del país y estamos desarrollando el polo de tecnología del conocimiento. Damos acompañamiento impositivo y lo más importante es que hace 4 años que venimos impulsando carreras de formación en materia de conocimiento”, agregó. En materia impositiva, en función del grado de inversión que proponga la empresa, se les reduce la tasa municipal, otorgan el lugar y apoyan con financiamiento.