Martín María, de MJM: “Dar soporte al trabajo remoto es nuestra realidad cotidiana”
Con una experiencia de dos décadas en el mercado, la gente de MJM Soluciones Informáticas está ayudando a las organizaciones a ingresar rápidamente en el mundo del trabajo a distancia. Ahora, MJM también está impulsando ese expertise hacia los colegas de la plataforma P2P de Microglobal que necesiten asistir a sus clientes en este nuevo contexto.
Un hecho tiene más peso que mil palabras. Ante la posibilidad (luego concretada) de que el Gobierno Nacional estableciera una cuarentena en relación con el COVID-19, con medidas estrictas de no circulación y aislamiento social prolongado, muchas organizaciones acudieron a sus proveedores tecnológicos de confianza para que los ayudaran a seguir operando en ese contexto. “Para nosotros fue un impacto que se resolvió en una semana —cuenta el presidente de MJM Soluciones Informáticas, Martín María—. En esa semana previa a la declaración de la cuarentena, tuvimos un aluvión de clientes que requerían equipamiento para que sus empleados tuvieran la infraestructura necesaria en sus hogares. Hablamos de equipamiento básico, como notebooks”.
MJM nació en 2006, aunque la experiencia de su gente supera las dos décadas en el mercado local. Con clientes en todo el país (y algunos en Uruguay), han hecho del soporte remoto una profesión de fe. “La verdad es que, teniendo una infraestructura medianamente sólida y bien administrada, el 98% de los problemas se pueden solucionar remotamente. Siempre reservo un 2% a la posible falla de la infraestructura física (desde la desconexión de un mouse, a la rotura de un router). Y como tenemos esa dinámica, y la mayoría de nuestros clientes están acostumbrados a ello, esta situación no nos generó un gran cambio”.
En esa semana memorable, la gente de MJM debió superar los estándares previos de productividad en materia de instalación de equipamiento, trabajando además en horario extendido. Al final de la semana se habían desplegado 85 notebooks. “Para nosotros (Martín María se refiere a los empleados de MJM, pero sobre todo al staff de once técnicos que tiene la compañía) es un número importante. Estos despliegues llevaban implícitas todas las medidas necesarias para que el usuario pudiera hacer teletrabajo de manera segura”.
En términos concretos, esto significa que las conexiones contra el centro de datos deben darse bajo ciertas condiciones, manteniendo los roles y derechos de acceso que el usuario tiene en la oficina (dicho de otra forma: que se apliquen las políticas de los distintos usuarios, aunque éstos trabajen a distancia), y al mismo tiempo que se cumplieran normas elementales de seguridad en el hogar (como por ejemplo que no se pudiera conectar un pendrive a los puertos USB para extraer información, o que se evitara el ingreso de virus y otro tipo de malware a los equipos). “No es que las compañías desconfíen de sus colaboradores, aunque sí hay miedo de que una computadora que sale de una estructura corporativa y va a una estructura hogareña termine teniendo de uso multifacético. O sea, que al mismo tiempo que se usa esa notebook para acceder a los servidores de la empresa, se la use para ver películas, descargar archivos de un pendrive y otras acciones de riesgo que pueden infectar el equipo. Esto demanda de nosotros una tarea más minuciosa en la implementación de los equipos”.
Ahora, MJM está impulsando este expertise no sólo entre clientes, sino también hacia los colegas de la plataforma P2P de Microglobal que necesiten asistir a los clientes en este nuevo contexto. María explica que en MJM están acostumbrados a trabajar con marca blanca. “Tenemos casos de referencia y podemos darle cualquier tipo de asistencia. No hay escenario que hoy no se pueda convertir a teletrabajo. Nosotros podemos asistirlos con cualquier infraestructura que tenga el cliente, para después evaluar un proceso paulatino hacia la nube si es que no lo han hecho”. Para el caso particular de los productos de nube de Microsoft, señala: “Los partners de valor agregado se pueden apoyar en nosotros para incorporar un producto que es de extrema necesidad para sus clientes”.
“Nuestra relación con Microglobal es excelente —agrega el presidente de MJM—. Siempre tuve un apoyo incondicional de parte de ellos, y nos han acompañado en el crecimiento. Me han acompañado en cuanta capacitación en productos de Microsoft hubo. Y nosotros hemos cumplido con todas y hemos dado resultados realmente buenos”.
Cómo seguir operando durante la cuarentena
La oferta diferencial de MJM en estos tiempos de cuarentena abarca, en primera instancia, la provisión de todo lo necesario como para que los usuarios puedan instalar en sus hogares la oficina remota, incluyendo las alternativas de conectividad y los equipos, como así también el conjunto de medidas que hacen que dicho acceso se dé en condiciones seguras, similares a las que podrían darse en la oficina física. María explica que, durante la semana previa a la cuarentena, aparecieron algunos clientes nuevos que no estaban preparados para el trabajo remoto. “Lo primero que hacemos es sacarlo andando, armamos rápidamente la infraestructura precaria de conectividad desde sus hogares. Esta infraestructura, si bien es precaria, logra el objetivo. Luego empezamos a asegurar esa infraestructura. Empezamos también a trasladar a la nube información de la empresa, aunque más no sea de los backups en sus bases de datos y de archivos, para que las pequeñas organizaciones no dependan de infraestructura local”. Este último paso les da a las organizaciones un plan de contingencia para el caso de un corte de energía en locación del cliente, o la caída del servidor físico, o la interrupción del enlace a Internet de la compañía.
El tener una parte de la operación en la nube es esencial para garantizar la continuidad del negocio antes las eventualidades. Hay que tener en cuenta que, ante la restricción de la circulación por la vía pública, en muchos casos sería imposible llegar hasta la instalación eléctrica o el servidor físico en locación del cliente sin infringir la ley. “Nosotros podemos darle conectividad desde afuera a cualquier infraestructura, pero si esa infraestructura depende de la electricidad, de la conectividad, del funcionamiento de un servidor físico local, aumenta mucho el riesgo de quedarse sin poder operar. A esos clientes, a los que la cuarentena los sorprendió sin tener su infraestructura en la nube (por ejemplo, empresas que no adoptaron un Office 365, o no llevaron sus aplicaciones a Azure) nosotros les llevamos, en primera instancia, un backup a la nube Así, si esa infraestructura se rompe, podemos salir a crear una nueva infraestructura en la nube utilizando la información de sus backups”.
MJM ofrece, al menos dos modalidades de backups: la estándar, con copia respaldo de bases de datos y archivos en la nube, y otra opción donde se reproduce la infraestructura en paralelo en la nube. “Mientras no haya entrado en producción, el costo de tener un paralelo es relativamente bajo, y se puede poner rápidamente en marcha ante una caída de la infraestructura física. De esa manera minimizo el riesgo de que el cliente quede fuera de operación”. María sostiene que quienes adoptaron Office 365 tienen un punto a favor muy grande. “Porque hay herramientas de 365 que pueden ayudar a adoptar nuevas metodologías y a sobrellevar algunas de las preocupaciones más comunes”.
“La gente le teme al fantasma de los costos”, señala María, y comenta el caso de uno de sus clientes, cuyo parque de PCs no llega a una decena de equipos. “Hace más de un año que están con Office 365, y ya pasaron por dos renovaciones. Hace un año pasamos su telefonía a telefonía sobre IP. Y hace ocho meses pusimos en línea en Azure su file server compartido, lo mezclamos con algunas soluciones que vienen en 365, y les empezamos a enseñar el uso de Teams. Ellos consideraron su gasto mensual de operación, incluyeron en ese gran gasto los gastos de nube y demás, y lo tomaron como si fuera el costo del alquiler de sus oficinas”. Ante el advenimiento de la cuarentena, el cliente llamó a MJM para agradecer el que los convencieran de llevar la operación a la nube. “Hoy están felices, esta crisis no les cambió absolutamente nada. Cero trauma”.