
La creciente ciberamenaza para la manufactura
El sector manufacturero se enfrenta a un promedio de 1585 ataques semanales por organización, un aumento interanual del 30 %.
El sector manufacturero sigue siendo uno de los objetivos más atractivos para los ciberdelincuentes, y los ataques no hacen más que aumentar. Si bien antes se daba mayor importancia a otros sectores con gran volumen de datos, hoy las fábricas se ven afectadas por la problemática del ransomware, los conflictos geopolíticos y las interrupciones en la cadena de suministro global. Para los directivos, esto significa que la ciberseguridad ya no es solo un problema de TI, sino un riesgo fundamental para el negocio que afecta directamente a los ingresos, la resiliencia y la reputación.
El costo de las interrupciones
Check Point Research, la división de Inteligencia de Amenazas Check Point Software Technologies Ltd. pionero y líder global en soluciones de ciberseguridad, ha detectado que, durante este año, las empresas manufactureras sufrieron un promedio de 1585 ciberataques semanales, un aumento del 30% con respecto al año anterior. América Latina y la región de Asia-Pacífico fueron las más afectadas, con Taiwán registrando un promedio de 5100 ataques semanales. Europa experimentó el mayor crecimiento, con seis de los 10 países con mayor crecimiento interanual en ataques al sector manufacturero. Los ciberdelincuentes saben que cada hora de parada de producción puede costar millones. Por eso, los grupos de ransomware consideran a las empresas manufactureras como objetivos prioritarios: no necesitan robar datos confidenciales de los clientes; simplemente paralizan las operaciones y exigen un rescate.
Ejemplos:
- Clorox (2023): Un ciberataque con ransomware interrumpió sus operaciones, provocando pérdidas trimestrales de 356 millones de dólares.
- Nucor (2025): El mayor productor de acero de Norteamérica se vio obligado a suspender la producción tras una brecha de seguridad.
- Sensata Technologies (2025): Un incidente de ransomware paralizó las operaciones de envío y producción, retrasando el cumplimiento de los pedidos y dañando la relación con los clientes.
- Schumag AG (2024): Las continuas interrupciones causadas por el ransomware llevaron a la empresa alemana a la quiebra.

Más allá del impacto financiero directo, los ataques de ransomware suelen generar efectos secundarios: pérdida de confianza de los clientes, incumplimiento de contratos, retrasos en la innovación y un mayor control por parte de las autoridades reguladoras. Para muchas empresas, el daño a la reputación y la pérdida de competitividad a largo plazo resultan tan costosos como la interrupción inicial.
Cadenas de suministro: el eslabón más débil
Los fabricantes no operan aisladamente. Con amplias redes de proveedores, socios globales y dependencia de sistemas IoT/OT, cada conexión representa un punto de entrada potencial para los ciberdelincuentes. Los grupos criminales se especializan ahora en vender acceso a redes de fabricación, facilitando a los ciberdelincuentes el acceso directo a estas redes. Un solo proveedor vulnerable o un dispositivo IoT inseguro puede desencadenar una crisis en toda la cadena de producción. El impacto se extiende mucho más allá de una sola empresa. Las brechas de seguridad en la cadena de suministro pueden afectar a industrias enteras, retrasar los envíos y erosionar la confianza de los clientes.
En los últimos años se ha visto cómo un proveedor comprometido puede generar un efecto dominó en miles de empresas. Para los fabricantes que compiten por la eficiencia y la entrega a tiempo, incluso las interrupciones breves pueden dañar gravemente los ingresos, la fidelidad de los clientes y la reputación de marca.
La geopolítica en la industria
Los ciberataques patrocinados por estados cada vez más apuntan a los fabricantes para robar propiedad intelectual y causar interrupciones estratégicas. En los últimos dos años, se han robado planos de drones, diseños automotrices avanzados y tecnologías de defensa. Al mismo tiempo, los ciberactivistas políticamente motivados perturban a los fabricantes de la industria de defensa, energía e infraestructura crítica.
Las implicaciones van más allá de las pérdidas inmediatas. El robo de propiedad intelectual puede erosionar la ventaja competitiva durante años, mientras que las interrupciones en la producción afectan a economías enteras y cadenas de suministro críticas. Estos incidentes demuestran que la seguridad en la industria manufacturera no es solo un problema técnico, sino un asunto de competitividad nacional y estabilidad económica.
Las tensiones geopolíticas, desde disputas comerciales hasta conflictos regionales, impulsan esta tendencia. Los fabricantes se ven cada vez más atrapados en el fuego cruzado, siendo blanco no solo por lucro, sino también como peones en luchas políticas. Los directivos deben reconocer que sus empresas pueden estar expuestas a riesgos que provienen de factores ajenos a las consideraciones comerciales tradicionales.
Prioridades y perspectivas ejecutivas
Los líderes de manufactura no pueden permitirse una postura reactiva. Para proteger las operaciones, los ingresos y la reputación, los ejecutivos deben centrarse en las siguientes prioridades:
Incorporar resiliencia en las operaciones
Tratar el tiempo de inactividad como un riesgo a nivel directivo. Asegurar que los planes de continuidad se prueben y que los tiempos de recuperación se midan en horas, no semanas.
Asegurar la cadena de suministro
Aplicar estándares de ciberseguridad a todos los proveedores y socios. Exigir visibilidad de los puntos de acceso y los riesgos de terceros.
Proteger la propiedad intelectual
Las ciberamenazas a la manufactura ya no son aleatorias. Son deliberadas, estratégicas y, a menudo, geopolíticas. Esto requiere inversión en defensas basadas en inteligencia y estrategias de comunicación de crisis. Asumir que la propiedad intelectual es un objetivo prioritario para los actores estatales. Invertir en monitoreo, detección avanzada y prevención de pérdida de datos.
Invertir en defensa proactiva
Ir más allá del cumplimiento normativo. Adoptar una estrategia que priorice la prevención y reduzca la probabilidad de interrupciones antes de que comiencen.
Los ejecutivos que adoptan estas prioridades no solo se defienden contra las amenazas actuales, sino que también construyen una ventaja competitiva. En una industria donde el tiempo de actividad, la confianza y la innovación impulsan la participación de mercado, la resiliencia se convierte en un diferenciador.
Las ciberamenazas a la industria manufacturera se están intensificando tanto en escala como en impacto. El sector está especialmente expuesto, con sistemas heredados, cadenas de suministro interconectadas y una mínima tolerancia a los tiempos de inactividad. Para los ejecutivos, el mensaje es claro: la ciberresiliencia es ahora una ventaja competitiva. Quienes actúen con decisión hoy protegerán no solo sus líneas de producción, sino también el futuro de su negocio.
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