Conectividad & Networking

3 señales que demuestran el avance de México hacia una nueva etapa de inclusión financiera

Con 56 bancos en operación y 3 digitales autorizados recientemente, la industria vive una nueva era de colaboración.

México se está transformando gracias a la forma en que millones de personas interactúan con su dinero todos los días, el concepto de transformación financiera se volvió más aspiracional que tangible, sin embargo, hoy se convierte en una experiencia concreta para gran parte de la población.

Así lo dejó claro la más reciente edición de la Convención Bancaria 88 donde bancos, fintechs y autoridades coincidieron en algo pocas veces visto: el cambio ya está en marcha. Esta nueva etapa se construye sobre tres ejes clave que son la integración tecnológica, acceso desde cualquier punto y colaboración entre actores públicos y privados.

1. El efectivo sigue reinando, pero ya no está solo

Aunque el 60% de los mexicanos aún usa el efectivo como su principal medio de pago, hoy esa elección ya no implica desconexión del mundo digital. En ciudades grandes y comunidades más pequeñas, las personas combinan cada vez más los pagos físicos con opciones digitales que les permiten manejar su dinero de forma más versátil.

Ejemplo de esto es Tapi, una plataforma de infraestructura de pagos que permite, desde tiendas, farmacias o supermercados, realizar recargas de celular, pagos de servicios o transferencias sin necesidad de tener una cuenta bancaria tradicional. “No se trata de eliminar el efectivo, sino de integrarlo con el mundo digital de forma natural, sin fricción”, señala Kevin Litvin, CBO y cofundador de tapi. “Eso es lo que realmente abre la puerta a una inclusión financiera funcional”.

Los bancos digitales están liderando el camino en la incorporación totalmente digital, ofreciendo mayor accesibilidad a usuarios no bancarizados.
Los bancos digitales están liderando el camino en la incorporación totalmente digital, ofreciendo mayor accesibilidad a usuarios no bancarizados.

2. Pagar impuestos desde una app ya es posible

Una de las señales más claras de este avance es la reciente alianza entre tapi, Actinver y Mercado Pago, que permite a los usuarios pagar sus impuestos federales al SAT directamente desde una aplicación financiera. Esta integración no solo representa un avance tecnológico, sino también una democratización del acceso a trámites públicos, antes limitados a quienes podían acudir a un banco o contaban con recursos más sofisticados.

“Estas alianzas demuestran cómo la tecnología puede generar impacto tangible para las personas y, al mismo tiempo, fortalecer la relación entre bancos, fintechs y usuarios”, afirma Litvin. El resultado es un ecosistema más accesible, donde la digitalización deja de ser un privilegio urbano y se convierte en una herramienta cotidiana.

3. Bancos y fintechs ya no compiten: colaboran

La dinámica en el sistema financiero mexicano está cambiando. Hoy, los 56 bancos que operan en el país ya no ven a las fintechs como rivales, sino como aliados estratégicos. De hecho, con la reciente entrada de tres nuevos bancos digitales (Nubank, Plata Card y Revolut), la industria se abre a una colaboración inédita que combina la agilidad tecnológica de las fintechs con la solidez y regulación de la banca tradicional.

Modelos como Cash In – Cash Out ya están disponibles en más de 12 mil puntos físicos en México, permitiendo a los usuarios retirar o depositar efectivo al mismo tiempo que realizan otras operaciones digitales. Es un modelo híbrido, simple y cercano, que responde a las necesidades reales de una población diversa.

De acuerdo con el INEGI, el 72% de la población adulta en México ya cuenta con al menos un producto financiero. Sin embargo, el reto va más allá del acceso: se trata de garantizar una inclusión financiera que sea real, cotidiana y útil. Es decir, que permita a cada persona decidir cómo, cuándo y dónde usar su dinero, con independencia de su nivel socioeconómico o ubicación geográfica.

Y aunque el camino aún es largo. Brasil, por ejemplo, cuenta con más de 150 bancos y Estados Unidos con más de 4 mil, las condiciones están dadas para acelerar este proceso en México. La clave está en seguir apostando por la infraestructura tecnológica, la interoperabilidad entre actores y la simplificación de procesos.

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