The Sweet Idleness: la película dirigida por IA que marca un nuevo capítulo en la historia del cine
El estreno de The Sweet Idleness, la primera película completamente dirigida por una inteligencia artificial, sacude los cimientos de Hollywood. La producción, impulsada por el italiano Andrea Iervolino, reaviva el debate sobre el papel del ser humano en la creación artística, el impacto de la automatización en la industria y el futuro de los actores frente a la irrupción de los algoritmos.
El futuro del cine acaba de dar un giro histórico. El estreno de The Sweet Idleness (La Dulce Ociosidad), la primera película completamente dirigida por una inteligencia artificial, marca un antes y un después en la industria audiovisual. La producción, impulsada por el empresario y productor Andrea Iervolino, abre un intenso debate sobre los límites entre la creatividad humana, la automatización y el papel que la tecnología ocupará en Hollywood.
Una película dirigida por una inteligencia artificial
El proyecto fue desarrollado bajo la dirección de FelliniAI, un sistema de inteligencia artificial creado para tomar decisiones artísticas y narrativas durante todo el proceso de producción. Según explicó Iervolino, su rol se limitó a garantizar la coherencia general, mientras que la IA asumió las decisiones creativas, desde el guion y la puesta en escena hasta la edición final.
“The Andrea Iervolino Company” combinó herramientas de inteligencia artificial con aportes humanos en áreas técnicas, logrando así una experiencia inédita en la historia del cine. La agencia Actor+ fue la encargada de generar los protagonistas digitales del film, basados en rostros reales, pero creados completamente mediante IA. Estos actores sintéticos incluso cuentan con perfiles en redes sociales, reforzando la ilusión de ser personas auténticas.
Iervolino afirmó en redes sociales que su intención no es reemplazar el cine tradicional, sino demostrar que la colaboración entre humanos e inteligencias artificiales puede abrir nuevas posibilidades narrativas. “El futuro del cine está aquí: humano sumado a inteligencia artificial, juntos para contar historias nunca antes vistas”, aseguró.

Un futuro distópico con resonancias actuales
La trama de The Sweet Idleness se desarrolla en un futuro en el que solo el 1% de la población mundial continúa trabajando, mientras el resto disfruta de una vida libre gracias a las máquinas. Este argumento funciona como una metáfora sobre la relación actual entre humanidad y tecnología, y sobre cómo los avances en automatización podrían redefinir el concepto mismo de trabajo y ocio.
Iervolino sostiene que la película busca “invitar a la reflexión sobre hasta dónde queremos que llegue la inteligencia artificial en nuestras vidas”. Y, aunque el mensaje del film es filosófico, su producción tiene implicaciones muy concretas: el surgimiento de una nueva forma de hacer cine.
La reacción de la industria: entusiasmo y temor
El estreno no pasó desapercibido. En Hollywood, las reacciones fueron diversas. Algunos celebran el uso de IA como una oportunidad para explorar formas de arte más experimentales y eficientes. Otros, en cambio, ven en este avance una amenaza directa a los puestos de trabajo creativos.
El debate recuerda a la huelga de la Writers Guild of America (WGA) en 2023, cuando los guionistas exigieron límites claros en el uso de inteligencia artificial en la escritura de guiones. En aquel momento, el gremio advirtió que “la IA no puede reemplazar la voz humana ni la experiencia de un escritor profesional”.
No obstante, los estudios y plataformas de streaming observan con interés el potencial de estas tecnologías para reducir costos, acelerar la postproducción y generar contenido adaptado a diferentes públicos en cuestión de minutos.
Actores de doblaje, en pie de guerra
Uno de los sectores más afectados por la automatización es el del doblaje. Actores de voz de Estados Unidos y Europa han denunciado que algunas plataformas están utilizando IA para clonar voces y sincronizar diálogos sin el consentimiento de los intérpretes originales.
En julio de 2025, Reuters informó que varios artistas europeos se movilizaron contra esta práctica, señalando a Amazon Prime Video como uno de los casos más visibles. La compañía admitió que experimenta con doblajes asistidos por IA, aunque asegura que los procesos son supervisados por profesionales humanos.
Los sindicatos, sin embargo, temen que esto sea apenas el primer paso hacia una sustitución gradual del trabajo humano. “La tecnología puede ayudar, pero no puede sentir. Y sin emociones, no hay arte”, declaró un representante de Equity, el sindicato británico de actores.
Los actores sintéticos: ¿una amenaza real?
El debate se intensificó aún más con la aparición de Tilly Norwood, la primera actriz digital creada por inteligencia artificial y presentada como “la nueva estrella de Hollywood”. Tilly tiene biografía, entrevistas generadas por IA e incluso presencia activa en redes sociales.
Su existencia provocó el rechazo inmediato del sindicato SAG-AFTRA, que calificó el caso como “una amenaza directa al trabajo y la identidad de los intérpretes humanos”. Los críticos sostienen que la creación de celebridades sintéticas demuestra que la industria no solo busca asistencia tecnológica, sino reemplazo total.
¿Hacia un nuevo Hollywood?
La llegada de The Sweet Idleness abre un capítulo inédito en la historia del cine. Si bien representa una hazaña tecnológica, también plantea una pregunta inquietante: ¿puede una máquina comprender verdaderamente el alma humana que late detrás de cada historia?
Mientras Hollywood debate sobre los riesgos y beneficios de esta revolución, una cosa es segura: la inteligencia artificial ya no es una herramienta del futuro, sino del presente. Y su influencia en la pantalla grande recién comienza.
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