
85% de los mexicanos pagan más por consumir productos sustentables
El consumidor mexicano se vuelve más consciente: 7 de cada 10 afirman informarse sobre el origen de los productos.
Realizar compras se volvió parte inherente de la vida cotidiana de una persona provocando que cada decisión de consumo tenga un impacto que trasciende a lo individual. Desde elegir una botella de agua hasta adquirir una prenda de ropa, el modo en que consumimos está dejando una huella significativa en el medio ambiente.
Sin embargo, un cambio de mentalidad comienza a asomarse entre los mexicanos, siendo que el 85% estaría dispuesto a pagar más por productos sustentables, de acuerdo con datos de la plataforma tecnológica financiera Adyen.
La necesidad de atender esta problemática se vuelve cada vez más urgente: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que, de continuar con el ritmo actual, para 2060 se agotará gran parte de las materias primas que hoy consideramos esenciales.
La industria textil es uno de los ejemplos más claros del exceso. De acuerdo con Greenpeace, cada año se producen más de 100 mil millones de prendas a nivel global, en un sistema que incentiva el fast fashion, donde la ropa se usa 60% menos tiempo que hace 15 años. Este modelo no solo genera una sobreproducción de residuos, sino que también representa cerca del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, cifra que supera incluso a la generada por los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados.
El costo ambiental del consumismo moderno
En México, el panorama no es ajeno. El país genera más de 44 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos al año, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y una gran parte de estos provienen del sobreconsumo, especialmente en temporadas de ofertas como el Buen Fin o fechas como el Día de las Madres. La basura electrónica, los envases plásticos de un solo uso y la ropa desechada son testigos de un patrón de consumo que ha dejado de ser sostenible.
Ante este escenario, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) promueve el consumo responsable como un acto de autocuidado y de compromiso ambiental.
Al adoptar un enfoque más consciente, las personas no solo protegen el planeta, sino que también fortalecen su salud financiera. Optar por productos duraderos y de calidad en lugar de múltiples compras desechables contribuye a reducir gastos innecesarios y fomentar el ahorro. Según cifras del INEGI, en 2023, el 68% de los hogares mexicanos reportó dificultades para afrontar gastos imprevistos, un dato que refuerza la importancia de mejorar la resiliencia financiera a través de decisiones más estratégicas.
Además, apoyar marcas y negocios con responsabilidad social tiene un efecto multiplicador. Comprar a emprendedores locales que priorizan prácticas sostenibles —como empaques reciclables, producción artesanal o ingredientes naturales— no solo impulsa la economía comunitaria, sino que también construye cadenas de valor más éticas y menos contaminantes.
El consumo consciente también tiene un impacto positivo en la salud. Elegir alimentos menos procesados, reducir el uso de productos plásticos o evitar compras impulsivas vinculadas al estrés o la publicidad puede traducirse en un estilo de vida más equilibrado y saludable. Y con ello, menos gastos en medicamentos y tratamientos médicos.
En paralelo, la industria también comienza a responder. Grandes marcas globales han incorporado etiquetas de trazabilidad, colecciones con materiales reciclados y certificaciones ecológicas, mientras que en México, startups como Someone Somewhere o Econduce combinan sostenibilidad con diseño y tecnología.