El fabricante anunció que creará una filial el próximo octubre para separar la producción de electrónica audiovisual de su matriz y mejorar su rendimiento financiero. De este modo, Sony convertirá su división de audio y vídeo en una empresa separada. ¿Funcionará?
La decisión se enmarca en una estrategia a tres años con la que Sony pretende lograr un índice de rentabilidad financiera (ROE) superior al 10 por ciento y un beneficio operativo de más de 500.000 millones de yenes (3.679 millones de euros) para 2018.
Recordemos que la empresa ya escindió en 2014 sus operaciones en lo que se refiere a la fabricación de televisores, división que estuvo una década en números rojos, para establecer una subsidiaria que tenga capacidad para generar beneficios.
La empresa «también pretende avanzar en los preparativos para desligar otras unidades de negocio», según se detalló en un comunicado hecho público de manera simultánea en una rueda de prensa en la que el presidente Kazuo Hirai detalló este plan a medio plazo.
Las divisiones de electrónica de consumo de la multinacional nipona han supuesto en los últimos años una pesada losa para su rendimiento, tal y como han subrayado muchos analistas, por lo que el plan de Hirai, presidente desde 2011, parece finalmente encaminado a sanear este aspecto.
Dentro del plan a corto plazo, la empresa «ha posicionado» a las ramas de dispositivos (que fabrica semiconductores, baterías o sistemas de grabación de datos), videojuegos y servicios en red, cine y música como sus principales motores de crecimiento.
