Colombia lanza su escudo digital: la estrategia para frenar 36.000 millones de ciberataques
Ante un volumen récord de amenazas, el gobierno presentó una hoja de ruta que busca modernizar la defensa cibernética, formar expertos, proteger sectores clave y crear una agencia nacional que centralice la respuesta frente al creciente riesgo digital.
El enemigo no duerme. Ataca miles de veces por segundo, desde cualquier parte del mundo y sin previo aviso. En 2024, Colombia fue blanco de casi 36.000 millones de intentos de ciberataques, una cifra que no solo estremece, sino que confirma una tendencia imparable. El país se convirtió en el segundo más atacado de América Latina, y la amenaza ya no es hipotética: está en curso.
Ante este escenario, el gobierno colombiano decidió actuar. El pasado 24 de junio presentó oficialmente la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2025‑2027, un ambicioso plan con 29 acciones concretas que buscan proteger los activos digitales más sensibles del país, fortalecer sus instituciones, cerrar la brecha de talento especializado y construir un ecosistema digital confiable, moderno y resiliente.
El impacto de los ataques
Los blancos preferidos fueron el sector financiero, el energético y el de la salud, tres pilares críticos para el funcionamiento del país. Aunque se lograron bloquear 32.000 millones de intentos, el volumen y la sofisticación de los ataques siguen en aumento. Por eso, el ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Julián Molina, fue claro: “Necesitamos ser un escudo efectivo”.
La estrategia fue diseñada en el marco del Comité Nacional de Seguridad Digital y contó con el respaldo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que también colabora con otros países de la región en planes similares. El enfoque colombiano, sin embargo, se distingue por su dimensión estructural: busca transformar desde la base la manera en que el país concibe y enfrenta la ciberseguridad.
Una nueva agencia nacional
Uno de los puntos centrales es la creación de una Agencia Nacional de Seguridad Digital, una entidad que concentrará los recursos y las decisiones clave en materia de defensa cibernética. Hasta ahora, la respuesta institucional ha sido fragmentada y con capacidades limitadas. La nueva agencia busca resolver esa debilidad y convertirse en el centro neurálgico de la protección digital del país.
Además, el gobierno planea enviar al Congreso una reforma legal que actualice el Código Penal y otras normativas hoy obsoletas frente a las nuevas modalidades de cibercrimen. Para el Alto Consultor para la Transformación Digital, Saúl Kattán, es urgente construir resiliencia, no solo reacción: “Los ataques son inevitables. Debemos estar preparados para resistir y recuperarnos”.
Formación y cultura digital
Otro eje clave es el desarrollo de talento humano. La brecha de profesionales en ciberseguridad es profunda: Colombia necesita miles de expertos para cubrir las demandas actuales y futuras. La estrategia prevé planes de formación a gran escala, alianzas con el sector privado y programas desde la educación básica para incorporar desde temprano la conciencia digital.
También se promoverá una cultura de ciberseguridad en todos los niveles: ciudadanos, empresas y Estado. Y se trabajará con un enfoque inclusivo. Hoy, solo el 3% de los profesionales en ciberseguridad del país son mujeres. El nuevo plan se propone revertir esa realidad y abrir más oportunidades para ellas en el ecosistema tecnológico.
Infraestructura crítica y cooperación
La estrategia también prioriza la protección de infraestructuras críticas, como redes eléctricas, bancos y hospitales, que pueden quedar paralizados por un ataque bien dirigido. Para eso, el gobierno buscará mejorar los sistemas de detección, respuesta rápida y recuperación ante incidentes.
Además, se reforzarán los canales de cooperación internacional y de intercambio de información entre entidades públicas y privadas, una práctica aún débil en Colombia, pero fundamental para anticipar y contener amenazas que no conocen fronteras.
Un pacto digital con futuro
Más que una política de seguridad, la Estrategia Nacional de Ciberseguridad es un llamado a repensar la relación del país con su entorno digital. Su alcance es amplio: abarca lo legal, lo educativo, lo institucional y lo social. Busca crear condiciones para que los ciudadanos confíen en el uso de la tecnología, para que las empresas puedan innovar sin miedo, y para que los derechos fundamentales —la privacidad, la libertad de expresión, la seguridad— estén protegidos en el mundo virtual.
Colombia decidió no quedarse atrás. En un contexto donde la tecnología avanza más rápido que la legislación, esta estrategia marca un punto de inflexión. La amenaza es real, pero también lo es la oportunidad de liderar en la región una transformación digital segura y sostenible.
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