
Tory Jackson: Del OXXO al smartphone, así se está ampliando el acceso financiero en México
La empresa ofrece APIs y soluciones que permiten desarrollar productos para el acceso financiero en México escalables y personalizados.
En México, hablar de inclusión financiera ya no es solo una meta, es más una urgencia, derivada a la transformación silenciosa desde el ecosistema fintech. Hoy, son las startups tecnológicas y alianzas estratégicas que están abriendo caminos hacia el crédito, ahorro y servicios financieros digitales para los mexicanos.
En medio de todo el tema fintech que se aborda en el país, Galileo, una plataforma nativa en la nube, modular y basada en microservicios, diseñada para ayudar a las empresas a crear experiencias financieras, se convirtió en un jugador clave. No se trata de una fintech más, sino del engranaje que ayuda a que muchas de ellas funcionen. “Construimos los ingredientes para que una fintech o un banco pueda ofrecer productos hechos a la medida de sus usuarios”, explica Tory Jackson, responsable de desarrollo de negocios y estrategia de la compañía en América Latina.
Desde su trinchera tecnológica Galileo colabora con instituciones financieras y con otras que no lo son para diseñar experiencias digitales que no solo compitan con la banca tradicional, sino que superen las barreras históricas del sistema.
Galileo es una pieza fundamental detrás de plataformas como Robinhood en Estados Unidos y, recientemente, amplió su presencia en México y América Latina. A través de APIs, plataformas digitales y soluciones modulares, la compañía permite que bancos tradicionales como startups emergentes puedan desarrollar productos financieros a la medida.
“Hoy ya no es necesario formarse en la sucursal bancaria. Puedes tener la sucursal en la palma de tu mano. Pero el reto ahora es crear experiencias pensadas para personas fuera de las zonas urbanas, que aún no acceden a productos financieros básicos”, señala.
En un país donde solo el 49% de los adultos posee una cuenta bancaria, según datos del INEGI (2023), las barreras al acceso financiero siguen siendo considerables, hoy las fintech están logrando penetrar segmentos históricamente desatendidos gracias a su agilidad, su enfoque digital y su capacidad para analizar datos de manera innovadora.
Crédito para todos, pero no con las mismas reglas
El acceso al crédito es uno de los grandes temas pendientes en México. La mayoría de las personas en situación de informalidad económica o sin historial crediticio encuentran enormes dificultades para acceder a préstamos, aun cuando cumplen con sus obligaciones cotidianas.
“El crédito es fundamental para el desarrollo de las personas y negocios. Pero entender quién es el usuario final y cómo estructurar un producto que permita recuperar lo prestado, requiere un nuevo tipo de análisis y tecnología”, indica Jackson.
Aquí entra en juego el concepto de open banking y el aprovechamiento de fuentes alternativas de información. Los hábitos de consumo, pagos frecuentes (como la luz o recargas de teléfono), e incluso la geolocalización, se convierten en datos valiosos para evaluar el riesgo de una persona fuera de los modelos tradicionales.
“La gente sí paga, aunque sea en un OXXO. Hay data. Y esa data permite que instituciones puedan conocer mejor a los usuarios y crear productos a su medida”, afirma.
Con la entrada en vigor de la Ley Fintech en 2018, el panorama regulatorio se abrió en México. Empresas como Klar, Albo o Nu México modificaron el acceso al crédito, inversión y el ahorro, con experiencias digitales que responden a las nuevas demandas del consumidor.
Sin embargo, Jackson no lo ve como una competencia directa con la banca tradicional, sino como un ecosistema que evoluciona en conjunto. “La banca tradicional se ha visto reflejada en este espejo y ha tenido que innovar, abrirse a nuevos segmentos y adoptar tecnologías que antes ni consideraba”, sostiene.
Uno de los principales valores agregados de las fintech frente a los bancos es su capacidad para ser ágiles y adaptarse con rapidez. Galileo, desde su trinchera, permite que los bancos puedan comportarse como fintechs, sin necesidad de construir su infraestructura desde cero.

La Inteligencia Artificial como un nuevo músculo para las finanzas
La inteligencia artificial (IA) también comenzó a jugar un papel clave en el desarrollo de productos financieros más seguros, inteligentes y personalizados. Si bien muchos la identifican con chatbots o asistentes digitales, su potencial va mucho más allá.
“En Galileo usamos IA para anticipar fraudes, proteger datos, analizar hábitos de consumo y mejorar la experiencia del usuario en todas las etapas del producto. Es una herramienta de gestión e innovación”, comenta Jackson.
Con el crecimiento del uso de smartphones en México, el 93.8% de los usuarios de internet acceden a la red desde un teléfono móvil, según The CIU (2024), el reto ya no es solo el dispositivo, sino los datos y la conectividad. Por ello, Tory Jackson insiste en que el diseño de servicios debe considerar tanto limitaciones técnicas como comportamientos culturales.
El panorama latinoamericano ofrece ideas que podrían replicarse o adaptarse en México. Uno de ellos son las stablecoins, monedas digitales vinculadas a divisas tradicionales. En países como Argentina, donde la inflación golpea con fuerza, han servido como refugio financiero.
“Un stablecoin pegado al dólar puede dar estabilidad en economías con monedas muy volátiles. La forma en la que se aplica esta tecnología depende del país y su contexto, pero el principio de crear soluciones ajustadas al mercado es común en toda la región”, afirma Jackson.
En cuanto a las alianzas, el líder de Galileo cree que la apertura del mercado y la colaboración entre empresas financieras o no, es lo que más impulsará la evolución del sector. “Antes solo los bancos podían emitir tarjetas. Hoy hay más competencia y eso rompe barreras. Incluso marcas no financieras, pero con fuerte presencia y confianza en el consumidor, pueden ofrecer productos bancarios”, señala.
Actualmente, Galileo ya trabaja con diversas instituciones en México, y aunque sus raíces están en Estados Unidos, la empresa está invirtiendo en la región, buscando alianzas locales que les permitan escalar.
“En México vemos una gran oportunidad. Hay muchas instituciones que conocen muy bien al usuario mexicano, y nosotros queremos ser ese socio que les da la tecnología para transformar sus ideas en productos reales”, concluye Jackson.