
Smart cities: movilidad conectada, menos contaminación y más calidad de vida
La movilidad urbana es clave para construir ciudades más limpias y eficientes. Pablo Ciulla, gerente de Smart Cities & Mobility en SONDA, analiza cómo las tecnologías emergentes y la gestión de datos están mejorando la experiencia diaria de las personas.
La movilidad se ha convertido en el pilar fundamental para el desarrollo de Smart cities. La calidad de vida urbana depende en gran medida del modo en que nos desplazamos, los sistemas de transporte eficientes, sostenibles y bien integrados emergen como una prioridad ineludible.
“La movilidad cumple un rol clave en el desarrollo de una ciudad inteligente porque impacta directamente en la calidad de vida de las personas”, asegura Pablo Ciulla, Gerente de Smart Cities & Mobility en SONDA, en diálogo con ITSitio. En su visión, no se trata únicamente de mejorar la eficiencia económica del transporte, sino también de reducir la huella ambiental y promover entornos urbanos más saludables.
Una de las tendencias más relevantes en este campo es la integración multimodal: ya no basta con conectar colectivos, trenes y subtes. Hoy se suman nuevas alternativas como bicicletas públicas, autos eléctricos, vehículos autónomos y aplicaciones de movilidad compartida. “El gran objetivo es lograr que todo eso funcione de forma coordinada para planificar mejor la movilidad de la ciudad”, destaca Ciulla.

Este enfoque exige una gestión inteligente de datos. Los semáforos automatizados, los carriles exclusivos o los estacionamientos inteligentes dependen de información precisa y en tiempo real. Cuanto más se conozca sobre cómo se mueven los ciudadanos, más eficaces serán las soluciones aplicadas.
Tecnologías que transforman
La revolución tecnológica ha irrumpido de lleno en la movilidad urbana. Según Ciulla, “varias tecnologías están revolucionando la forma en que nos movemos en las ciudades”. La electromovilidad es una de ellas: los vehículos eléctricos reducen considerablemente la contaminación del aire y el ruido urbano.
Además, los sensores IoT (Internet de las Cosas) permiten recopilar y procesar datos en tiempo real, mejorando la toma de decisiones en el tránsito. La inteligencia artificial es otra aliada estratégica: al analizar grandes volúmenes de datos provenientes de distintas fuentes, habilita respuestas rápidas y efectivas. Todo esto es potenciado por el 5G, fundamental para habilitar la movilidad autónoma gracias a su baja latencia y mayor velocidad de conexión.

La incorporación de estos avances, sin embargo, requiere ajustes importantes en la infraestructura urbana. “Hay que pensar en una red eléctrica capaz de abastecer una gran cantidad de autos cargando al mismo tiempo”, advierte Ciulla. Y en el caso de los vehículos autónomos, también es imprescindible contar con nuevas normativas y acuerdos interjurisdiccionales que garanticen su implementación segura.
Smart cities, datos y decisiones en tiempo real
La analítica avanzada juega un rol central en la optimización del tránsito y el transporte público. “Gracias a los datos, se pueden tomar decisiones en tiempo real que ayudan a integrar mejor los distintos sistemas de movilidad”, explica Ciulla. Esto se traduce en beneficios tangibles para los usuarios: menos tiempo de espera, recorridos más cortos y un uso más inteligente de los recursos disponibles.
No obstante, el camino hacia la movilidad inteligente no está exento de desafíos. La infraestructura tecnológica actual muchas veces no está preparada para soportar tecnologías avanzadas. Y también es necesaria una regulación moderna que articule el trabajo entre distintas áreas del gobierno.

Una alianza necesaria
La transformación digital del transporte urbano requiere una alianza efectiva entre el sector público y el privado. “Es clave que trabajen en conjunto”, afirma Ciulla. Mientras el Estado debe definir políticas claras y establecer prioridades, el sector privado puede aportar innovación, casos de éxito y acceso a tecnologías ya validadas en otras ciudades del mundo.
Los beneficios para la ciudadanía son evidentes: menos tráfico, menor contaminación, viajes más rápidos y seguros. “La calidad de vida mejora cuando vivimos en una ciudad con una movilidad más inteligente”, concluye Ciulla. La próxima década promete un avance aún más profundo, marcado por la masificación de la electromovilidad, los vehículos autónomos y la integración total de todos los actores del ecosistema urbano.
Leer más
- Detrás de todo, siempre hay un datacenter
- Nelson Pesce: “Los resellers se enfrentan a soluciones mucho más complejas”
- Cirion: impulsando la transformación digital en América Latina