
El futuro de la identidad digital: ¿y si el usuario tuviera el control?
La identidad digital fragmentada deja a usuarios y empresas expuestos. Urge avanzar hacia modelos seguros, trazables y centrados en el control del usuario.
Por Sebastián Stranieri, CEO y fundador de VU.
La fragmentación de la identidad digital y el poco control que tiene el usuario sobre sus propios datos, exponen tanto a individuos como a organizaciones. Es momento de repensar el modelo actual y avanzar hacia esquemas más seguros, trazables y centrados en la auto soberanía digital.
La gestión de la identidad digital se ha convertido en uno de los principales desafíos de la era tecnológica. Hoy en día, cada individuo deja información personal en múltiples plataformas, desde bancos y tiendas online hasta servicios de salud. Esto sucede sin tener registro de dónde se encuentran los datos personales ni quién tiene acceso a ellos.
Esta fragmentación, sumada a prácticas de seguridad insuficientes, genera un terreno fértil para el fraude y los ciberataques. Los usuarios quedan expuestos, y las organizaciones, vulnerables ante incidentes que pueden comprometer tanto su infraestructura como su reputación.

En este contexto, vemos como la tendencia apunta a devolverle la identidad digital al usuario, para que tenga en un mismo lado todas sus credenciales y pueda disponer de su información completa sin depender de terceros. Teniendo esta trazabilidad de los datos personales, el usuario podría almacenarlos de forma segura, y también brindar permisos, revocarlos y garantizar su consentimiento al usarlos.
Con este concepto de identidad autosoberana es clave seguir haciendo hincapié en la seguridad. Sobre todo, con los avances tecnológicos y las nuevas herramientas como la IA que pueden usarse indebidamente para un ciberataque.
Es de suma importancia que las empresas continúen innovando con su tecnología para proteger a sus usuarios y, además, cuidar sus negocios. Un incidente de ciberseguridad no solo implica pérdidas económicas, sino que lo primero que se vería impactado es la reputación.

Y esta exposición termina desencadenando que tanto la confianza de los clientes se vea afectada como también la valuación de la compañía, el clima interno con empleados, la relación con los accionistas, y hasta toda la industria.
Desde VU recomendamos identificar en primera instancia cúal es el nivel de madurez que tienen las empresas en cuanto a gestión de la identidad y cómo estas deben evolucionar hacia el nuevo paradigma de identidad digital unificada.
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