
Tripp Lite expone las ventajas de switches KVM
Los switches Keyboard, Video and Mouse ayudan a los administradores de centros de datos a resolver necesidades muy específicas; además, facilitan el manejo y la gestión de sistemas, asegura Norman Beltrán, gerente de Canales de valor de Tripp Lite; por ello, los considera un atractivo negocio para el reseller.
“Los switches KVM marcan una oportunidad de rentabilidad, ya que su oferta provee una solución que optimiza espacio físico, reduce costos de adquisición de hardware y ahorro en conjuntos eléctricos; además, le permite al administrador tener el control remoto de estos servidores o CPU; con ello se acortan los tiempos de atención y resolución de fallas”, refiere.
Con una consola KVM, las empresas logran una reserva en la inversión del hardware, es decir, ahorran la adquisición de un teclado, monitor y un mouse para cada CPU que se desee administrar y, sobre todo, espacio dentro del rack en la sala de servidores.
La forma de operar de estos switches KVM permite que desde una consola con teclado, mouse y monitor, se controle los CPU a nivel de hardware en el sitio donde se encuentren instalados o incluso, (que es una de sus ventajas) de manera remota.
Beltrán dice que este beneficio se refleja de inmediato al disminuir el número de traslados del administrador al sitio en cada falla, y en la empresa al ahorrar costos por cada desplazamiento del personal técnico al sitio durante alguna contingencia.
Beltrán comenta que las consolas KVM son ideales para ser utilizadas en cualquier lugar para tener acceso multiusuario remoto a un conjunto de CPU con poco espacio para instalar equipos.
“Por tanto, se puede afirmar que los clientes potenciales para esta solución van desde cualquier oficina que requiera mantener control de más de dos servidores, hasta cualquier organización que desee optimizar espacio como puede ser: gobierno, salud, educación, banca, o bien, donde haya un conjunto de servidores conectados en un centro de datos, pequeño cuarto de servidores o una sala de videovigilancia”, añade.
El experto acota que para determinar cuál consola es adecuada se debe considerar el número de CPU a controlarse y hasta cuántos expandir el control, si se requiere acceso remoto vía IP; además de si se solicita usuarios concurrentes en diferentes sesiones por medio de la consola KVM o sin ella, y la distancia en que se encuentra ubicado el CPU respecto al switch KVM.
Por ejemplo —expone el especialista— un switch KVM de escritorio tiene la capacidad de controlar desde dos CPU hasta cuatro máximo, a una distancia no mayor a siete metros, con una inversión menor. Mientras, un switch KVM de montaje en rack tiene la capacidad de controlar desde ocho CPU e incrementar su control hasta 256 CPU, a partir del esquema “Daisy Chain” encadenamiento o cascadeo.
También hay switches KVM que soportan distancias respecto al CPU entre 30 y 50 metros, en función del modelo, se usa cableado tipo UTP categoría 5. Algunos de estos equipos incluyen acceso remoto por IP, lo cual permite controlar el sitio desde algún lugar alejado, como si estuviera frente al CPU.
Asimismo, puede acceder el usuario a pantallas Bios para reconfigurar componentes de Hardware, instalación de sistemas operativos o servicios de red que no estén disponibles dentro del CPU.