
Tendencias de inteligencia artificial 2026: cómo la IA cambiará la vida cotidiana
La inteligencia artificial será protagonista en 2026, con avances que van desde agentes autónomos y medicina inteligente hasta desafíos en empleo, energía y geopolítica. Ocho tendencias que marcarán la vida cotidiana, según el análisis de Bernard Marr
La inteligencia artificial (IA) ya dejó de ser una promesa futurista para convertirse en una realidad que redefine cómo trabajamos, aprendemos, nos entretenemos y hasta cómo nos relacionamos con el mundo físico. En 2026, su impacto será aún más profundo. Según Bernard Marr, analista tecnológico reconocido por Forbes y considerado por LinkedIn como uno de los cinco principales influencers empresariales del mundo, el próximo año será decisivo para entender cómo la IA pasará de ser una herramienta a convertirse en un actor central en la vida cotidiana y en la economía global.
Durante 2025, la IA se integró en ámbitos clave como la salud, el trabajo y el ocio. Pero el año que viene consolidará un cambio estructural que traerá oportunidades y, a la vez, desafíos éticos, energéticos y sociales. A continuación, repasamos las ocho tendencias de inteligencia artificial que marcarán 2026 y transformarán nuestra forma de vivir.
1. Agentes autónomos en la vida cotidiana
Uno de los cambios más visibles será la irrupción de agentes autónomos, sistemas capaces de ejecutar tareas sin supervisión humana. Estos asistentes irán mucho más allá de responder preguntas o generar contenido: podrán hacer pedidos de supermercado, reservar viajes, gestionar la interacción con dispositivos inteligentes del hogar e incluso coordinar proyectos laborales complejos.
En el ámbito profesional, se espera que la IA asuma responsabilidades de planificación y gestión, interactuando con diferentes sistemas y partes interesadas para alcanzar objetivos a mediano y largo plazo. Esto redefine el papel de la automatización: de ser una ayuda puntual, pasará a convertirse en un verdadero colaborador digital.
2. La crisis del contenido sintético
Marr advierte que para 2026 hasta el 90% del contenido en línea podría ser generado por IA. Este fenómeno plantea un dilema: si bien la creación sintética agiliza el acceso a información y análisis, también amenaza con diluir la autenticidad de la voz humana.
El reto será garantizar que la creatividad, el pensamiento crítico y las experiencias individuales no se pierdan entre un mar de textos, imágenes y videos producidos automáticamente. Para usuarios, medios y plataformas, diferenciar lo auténtico de lo automatizado será una tarea clave.

3. Transformación del trabajo
La automatización del empleo será otra de las tendencias más notorias. Muchas funciones administrativas y rutinarias quedarán en manos de sistemas inteligentes. Pero, al mismo tiempo, surgirán nuevos roles, como ingenieros de prompts, especialistas en integración de IA o expertos en ética y regulación tecnológica.
Este proceso traerá una dualidad: mientras algunas empresas reduzcan plantillas, otras impulsarán la creación de puestos ligados a la innovación. Así, el mercado laboral de 2026 se caracterizará por una revalorización de las habilidades humanas complementarias a la IA.
4. La IA salta al mundo físico
Hasta ahora, la IA se percibía sobre todo en el software. Pero 2026 será el año en que se materialice en el mundo físico. Vehículos autónomos, robots humanoides y una creciente red de dispositivos conectados formarán parte de la vida diaria, desde el transporte hasta la industria y los hogares.
El avance dependerá de superar barreras regulatorias y de seguridad, pero su potencial es enorme: desde fábricas inteligentes hasta la asistencia en tareas domésticas, la IA se volverá una presencia tangible en nuestra rutina.
5. Disrupción geopolítica y comercial
La inteligencia artificial no solo transforma empresas, también redefine el equilibrio de poder global. Gobiernos y corporaciones entienden su valor estratégico, utilizándola en propaganda política, en control de información y en regulaciones comerciales que buscan limitar la competitividad de rivales.
Según Marr, pocas tecnologías, con excepción de las armas nucleares, tienen un impacto tan directo en la geopolítica. Por ello, 2026 podría ser un año marcado por tensiones en mercados, cadenas de suministro y relaciones internacionales.
6. IA invisible y cotidiana
Otra de las tendencias será la consolidación de la IA como tecnología invisible, similar a lo que ocurrió con la electricidad o internet. Dejará de percibirse como un “avance tecnológico” para convertirse en un elemento dado por sentado en la vida diaria.
Para los niños nacidos en la última década, hablar de forma natural con una máquina será tan habitual como lo es hoy usar un smartphone. La IA dejará de sorprender y pasará a ser parte de la infraestructura básica de la sociedad.
7. El desafío de la eficiencia energética
El crecimiento de la IA implica un aumento significativo en el consumo de energía. Marr estima que para 2028 los centros de datos podrían demandar hasta el 12% de la electricidad total en Estados Unidos, lo que obliga a pensar en soluciones sostenibles.
En 2026 veremos innovaciones en refrigeración de procesadores, optimización de algoritmos y nuevas fuentes de energía, como minicentrales nucleares. La sostenibilidad energética será tan importante como el desarrollo mismo de la IA.
8. Revolución en la atención médica
Finalmente, la IA aplicada a la salud dará un salto decisivo. Ejemplos como el estetoscopio inteligente, capaz de analizar ritmos cardíacos y detectar enfermedades en segundos, ilustran el potencial de estas tecnologías.
En 2026, la inteligencia artificial dejará de estar en fase experimental para convertirse en una herramienta clínica común: apoyará diagnósticos, supervisará tratamientos, desarrollará nuevos medicamentos y mejorará la eficiencia hospitalaria.
Este avance no solo transformará la medicina, también prolongará y mejorará la calidad de vida de millones de personas.
Las ocho tendencias de IA que marcarán 2026 revelan un panorama ambivalente: por un lado, innovación, eficiencia y mejoras en la calidad de vida; por el otro, desafíos relacionados con el empleo, la ética, la privacidad y la sostenibilidad energética.
Lo cierto es que, como destaca Bernard Marr, la inteligencia artificial ya no será una herramienta más, sino un protagonista central en la vida cotidiana. Prepararse para este cambio significa no solo aprovechar sus beneficios, sino también establecer marcos éticos y regulatorios que permitan un desarrollo equilibrado y responsable.
En definitiva, 2026 se perfila como el año en que la IA se consolide como la fuerza tecnológica que definirá el futuro inmediato
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