Enfriamiento líquido: la clave para el futuro de los centros de datos y la inteligencia artificial
Con el auge de la computación de alto rendimiento, el streaming y la inteligencia artificial, los centros de datos enfrentan un nuevo desafío: disipar el calor de sistemas cada vez más potentes. El enfriamiento líquido se posiciona como la tecnología esencial para garantizar eficiencia energética, rendimiento y sostenibilidad en la infraestructura TI moderna.
La convergencia tecnológica impulsada por la computación de alto rendimiento (HPC), el aprendizaje automático y la IA ha transformado por completo las demandas energéticas de los centros de datos. Hace una década, los racks de TI consumían entre 5 y 10 kW, pero los nuevos chips de alto rendimiento han elevado esa cifra a más de 100 kW por rack, con consumos que alcanzan entre 400 y 600 vatios por componente. Este incremento de potencia genera un gran desafío: cómo disipar el calor de manera eficiente para mantener el rendimiento de los sistemas.
Los chips modernos, incluidos los aceleradores de IA como GPUs y TPUs, producen densidades térmicas tan elevadas que los métodos tradicionales de enfriamiento por aire ya no resultan suficientes. Con salidas de calor que superan los cientos de vatios por centímetro cuadrado, los ventiladores y disipadores convencionales no logran mantener las temperaturas seguras. En este contexto, las tecnologías de enfriamiento líquido emergen como una solución superior, capaces de transferir calor con una eficiencia muy superior al aire.
“El enfriamiento líquido reduce el consumo de energía y mejora la capacidad eléctrica de los sistemas al disminuir el uso de la infraestructura de enfriamiento hasta en un 30%, evitando el estrangulamiento térmico que afecta el rendimiento y permitiendo implementaciones más densas en los centros de datos”, explica Robson Pacheco, Gerente para Centros de Datos en Vertiv Brasil.
Durante el podcast “What is next? with Vertiv”, en el episodio “Las 3 rutas de la refrigeración líquida: enfriando el camino hacia la eficiencia”, Diego Corceiro, Gerente de Ingeniería Mecánica en LZA, remarca que el agua posee una conductividad térmica significativamente mayor que el aire, lo que la convierte en un medio más eficiente para la transferencia de calor. Además, señala que a medida que las CPUs y GPUs se vuelven más densas, el enfriamiento directo al chip —donde el fluido circula por placas frías que disipan el calor— se perfila como la alternativa más efectiva.
“El enfriamiento líquido ofrece ventajas como mayor eficiencia térmica, reducción del consumo energético, escalabilidad modular, menor huella física y mayor control ambiental. Es una solución más silenciosa, adaptable y preparada para el futuro”, agrega Corceiro. No obstante, la combinación de enfriamiento líquido y aire sigue siendo la estrategia más realista en la actualidad, especialmente en centros de datos ya operativos.
Según Pacheco, quienes planeen construir centros de datos modernos y sostenibles deben seguir cuatro pasos clave: estudiar el mercado para evitar la obsolescencia; diseñar de manera inteligente integrando el enfriamiento líquido desde el inicio; prepararse para futuras demandas térmicas y energéticas; y entender las necesidades del cliente para optimizar la inversión y el retorno.
Además, aclara que los centros de datos existentes también pueden adaptarse a esta nueva tecnología. “No se trata solo de instalar tuberías de agua fría; se requiere evaluar la infraestructura eléctrica, la automatización, la arquitectura civil y las cargas estructurales del edificio. No es un proceso rápido, pero sí posible”, sostiene.
Ante la expansión acelerada de la IA, el HPC y los servicios digitales, el consenso es claro: el enfriamiento líquido llegó para quedarse. “Los equipos de Vertiv cuentan con la experiencia técnica para respaldar toda la cadena de gestión térmica, incluyendo monitoreo remoto, mantenimiento preventivo y soporte integral, asegurando la operación eficiente y confiable de los sistemas”, concluye Pacheco.
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