
Con la compra de Altera, Intel mejora oferta de centro de datos e IoT
Con la finalización del proceso de adquisición de la compañía proveedora de dispositivos semiconductores, Altera, valuada por 16 mil 700 millones de dólares, Intel busca complementar el abanico de productos ofrecidos para segmentos de mercado alto, relacionados con el centro de datos y el Internet de las Cosas.
«Aplicaremos la ley de Moore para promover el crecimiento de los negocios Field Programmable Gate Array (FPGA) de hoy e inventaremos nuevos productos que posibiliten experiencias increíbles en el futuro, como experiencias de conducción autónoma y aprendizaje automático machine learning”, comenta Brian Krzanich, CEO de Intel.
En este sentido, la compañía adelanta la creación de una unidad de negocios específica para Altera, que llevará por nombre Programmable Solutions Group (PSG) y estará dirigida por Dan McNamara, que fungió como vicepresidente de las divisiones Industrial, Automotor y Transmisiones.
«Como parte de Intel, se crearán dispositivos de lógica programable líderes del mercado que brindan una gama de recursos mayor a la que los clientes tienen hoy en día. La combinación de la tecnología FPGA y el servicio al cliente de Altera con la capacidad mundial líder de Intel para fabricación de semiconductores, permitirá que los clientes creen la próxima generación de sistemas electrónicos con rendimiento y eficacia energética incomparables”, contempla McNamara, ahora vicepresidente corporativo y gerente general del Grupo de Soluciones Programables de Intel.
Intel contempla una transición tranquila para los clientes de Altera y ofrecerá la asistencia y el desarrollo de productos, entre ellos, FPGA, SoC basado en ARM y productos de energía. Junto con el trabajo de fortalecer los actuales negocios relacionados a FPGA, la unidad PSG trabajará estrechamente con el Grupo de Centro de Datos y el grupo de IoT de Intel para ofrecer la próxima generación de productos y soluciones integrados altamente personalizados.
Por otro lado, la firma espera que la adquisición se vea reflejada positivamente en el EPS no-GAAP y en el flujo de caja libre en el primer año después de completada la transacción, consistente con las directrices previas.