Energía inteligente clase 4: cómo funciona y por qué transformará la infraestructura eléctrica
Panduit impulsa en Latinoamérica la adopción de energía inteligente basada en Clase 4, un sistema con monitoreo en tiempo real que extiende el alcance eléctrico, reduce riesgos y simplifica la instalación.
La energía inteligente dejó de ser un concepto aspiracional para convertirse en una estrategia concreta de modernización eléctrica. En entrevista, Juan Pablo Borray, Gerente de Desarrollo de Negocios Enterprise para Latinoamérica en Panduit, explicó cómo un sistema basado en corriente de pulsos (FMPS) permite llevar potencia a largas distancias, simplificar la instalación, bajar costos operativos y, sobre todo, elevar el listón de seguridad.
¿La clave? Una arquitectura de clase 4 que combina lo mejor de los mundos tradicionales (clase 1) y de baja potencia (clase 2/PoE), pero con monitoreo continuo y reacción automática ante fallas.
Del “enchufe de siempre” a la clase 4: qué cambia y por qué importa
Para ubicar el mapa:
- Clase 1 es la electricidad “de todos los días”: hogares, oficinas, 110/120 V, conductos dedicados y personal electricista certificado para tenderla.
- Clase 2 (ejemplo típico: PoE) lleva energía por el mismo cableado de red y simplifica despliegues, pero está limitada en potencia (hasta ~100 W) y voltaje (≈60 V).
- Clase 3 se usa en aplicaciones puntuales (p. ej., cine en casa o ciertos equipos de seguridad).
A partir de 2022, entra a la cancha la clase 4: un esquema pensado de fábrica para la seguridad, con el objetivo de mantener las ventajas de potencia de la clase 1 y, a la vez, la facilidad de instalación de la clase 2.
La gran diferencia es la corriente de pulsos: durante una “ventana” se entrega energía y, en otra, se envían pequeños paquetes de datos para monitorear en tiempo real el estado del circuito.
Si el sistema detecta anomalías (cortocircuitos, arcos, riesgo de choque o de incendio), corta el envío de energía y solo restablece cuando las condiciones vuelven a ser seguras. Esto no es marketing: es diseño de seguridad embebido en la capa eléctrica.

Energía inteligente, instalación sencilla y alcance de hasta 2 km
Uno de los puntos que más rompe el molde es el alcance. Mientras la clase 2 (PoE) está condicionada por el canal de cobre, la clase 4 permite llevar energía hasta 2 kilómetros entre transmisor y receptor, con capacidades de potencia que, según la distancia, pueden llegar hasta aproximadamente 1500 W. Eso abre juego para alimentar switches, iluminación, antenas, cámaras y más desde un punto central, sin desplegar gabinetes con energía en cada piso o poste.
El otro “plot twist” está en la instalación. En clase 1, hay que separar ductos y cumplir requisitos de canalización estrictos; en clase 4 se habilita la coexistencia del cable de energía con otros, como fibra óptica, en la misma canalización (según el diseño y certificaciones del cableado).
Esto habilita cables híbridos (cobre + fibra) que llevan potencia y datos juntos: la fibra transporta la conectividad y el par trenzado de cobre entrega la energía pulsada y el canal de telemetría. Como el monitoreo viaja “dentro” del pulso, el sistema sabe lo que pasa en la línea, extremo a extremo.
Además, el cable de clase 4 no es “eléctrico genérico”: viene certificado para soportar hasta ~450 V, con calibres y construcciones que varían según uso (interior, exterior, directo enterrado, aéreo, etc.). El trenzado ayuda a la inmunidad y a la integridad de esos microperíodos de datos embebidos en la energía.
Seguridad de nivel industrial y mantenimiento más fácil (por fin)
La seguridad no se queda en el discurso. La clase 4 vigila y actúa sobre riesgos típicos: cortos, arcos en serie o en paralelo y condiciones de choque eléctrico. Si algo va mal, se detiene el suministro y se reintenta solo cuando el circuito “está limpio”. De hecho, por su filosofía de diseño y monitoreo continuo, la solución apunta a reducir los incidentes eléctricos que vemos en infraestructura distribuida.
Un beneficio colateral -pero enorme- es el respaldo centralizado. En el mundo “de siempre”, cada cuarto de telecomunicaciones o gabinete en campo necesita su UPS. Con clase 4, el UPS puede vivir en el data center o en una sala técnica controlada: temperatura, humedad y mantenimiento bajo control, en un solo lugar.
El resultado: menos puntos de falla, menos visitas en campo y una operación más predecible. La arquitectura es modular (chasis, fuentes, módulos hot-swap) y con puertos de red para gestión, lo que facilita diagnóstico y escalabilidad por potencia/circuitos.

Dónde tiene más impacto hoy: TI, videovigilancia, Wi-Fi y control de acceso
Aunque la tecnología es transversal a industrias, su tracción inicial está en áreas de TI por afinidad con el portafolio y los casos de uso:
- Videovigilancia: alimentar switches y cámaras a larga distancia sin “mini-UPS” dispersos.
- Redes Wi-Fi: puntos de acceso repartidos por campus o colegios que necesitan energía sencilla y gestionable.
- Control de acceso e IoT: cerraduras, lectores, controladoras y sensores distribuidos, con telemetría eléctrica integrada.
En entornos como colegios, campus corporativos, parques industriales o ciudades inteligentes, la combinación de alcance, seguridad y gestión remota ayuda a acelerar despliegues y reducir costos de instalación y operación.
Así encaja en la estrategia: datos + energía, dos mitades de la misma red
Durante años, las redes corporativas se pensaron “solo en datos”. La propuesta actual las vuelve bimodales: datos y energía con igual jerarquía. Panduit venía avanzando con UPS y PDUs, y ahora integra clase 4 para cerrar el círculo: cobre y fibra para transportar información, más energía inteligente para alimentar los dispositivos que ejecutan esa información en el borde.
Para el canal de distribución, el llamado es directo: conocer, certificar e implementar. Hay materiales, webinars y eventos presenciales para acelerar la curva y replicar el mensaje en cada región.
Menos cajas, más inteligencia; menos riesgo, más alcance
La clase 4 trae una lectura fresca al dilema de siempre: ¿cómo alimentar equipos distribuidos sin multiplicar gabinetes, riesgos y visitas? Con energía inteligente basada en corriente de pulsos, el circuito se autovigila, reacciona ante fallas y escala hasta 2 km con potencia útil para infraestructura crítica.
Se instala más rápido, se gestiona mejor y reduce la complejidad de operar decenas de puntos energizados. En otras palabras: moderniza la capa eléctrica al mismo ritmo en que modernizamos las redes de datos. Y eso, para cualquier proyecto de TI, seguridad o conectividad, es jugar con ventaja.
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