
Cómo es la relación entre Colombia – Estados Unidos y el impacto en el mercado IT
Colombia atraviesa un clima de incertidumbre que pone en peligro uno de los sectores más estratégicos para el desarrollo económico del país: la industria de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, TIC. La Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones, la Federación Colombiana de Software y TI, y el Politécnico GranColombiano nos dan su opinión al respecto.
Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos se tensaron el pasado fin de semana cuando el presidente Gustavo Petro suspendió la deportación de ciudadanos colombianos desde Estados Unidos en vuelos militares. Esta decisión provocó una respuesta inmediata de Donald Trump, quien anunció sanciones, incluyendo un arancel del 25% a las importaciones colombianas, restricciones de viaje y la revocación de visas a funcionarios colombianos.
Tras horas de tensión, la Casa Blanca informó que Colombia aceptó reanudar los vuelos de deportación, lo que llevó a la suspensión de los aranceles. A pesar de que la medida fue anulada, la posibilidad de una guerra comercial aún genera preocupación en los sectores exportadores colombianos.
En este contexto, el sector tecnológico colombiano queda en medio de un conflicto que no solo afecta a las empresas, sino que también repercute en la competitividad de la economía colombiana y en el bienestar de los consumidores finales. La confianza en las inversiones sería uno de los temas más complejos.

Una crisis de confianza: el temor a las inversiones extranjeras
De acuerdo con Alberto Samuel Yohai, presidente de la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones, CCIT, la consecuencia más grave de la crisis comercial entre Colombia y Estados Unidos es, sin duda, una crisis de confianza. Según Yohai, Colombia depende de las inversiones extranjeras, especialmente de Estados Unidos, para continuar su desarrollo económico, las cuales son fundamentales para el sector TIC, que necesita capital para innovar y mejorar su infraestructura tecnológica.
«Colombia requiere inversiones multimillonarias en dólares provenientes de los Estados Unidos y de diferentes países de alrededor del mundo para seguir desarrollándose. Ante la incertidumbre que este tipo de discusiones genera, recibir dichos fondos puede llegar a ser más difícil», advierte el líder de la CCIT.
Añade, que el temor es que, debido a la situación diplomática, los inversionistas internacionales se muestren reacios a apostar por el país, lo que podría frenar el avance de las tecnologías y la innovación en Colombia.

El riesgo de encarecimiento para el consumidor final
El impacto de esta crisis no se limita al ámbito empresarial. Yohai también señaló que, de imponerse nuevos impuestos o aranceles en el sector tecnológico, «los productos y servicios proveídos a los usuarios finales, ya sean entidades de gobierno, empresas colombianas o personas naturales, se encarecerán». Este encarecimiento afectaría a millones de colombianos que dependen de tecnologías provenientes de Estados Unidos, como hardware, software y servicios en la nube.
En cuanto al impacto en el corto plazo, Yohai es contundente: «Los productos más afectados claramente son aquellos que provienen de los Estados Unidos. Sin embargo, es importante resaltar que estos productos representan un porcentaje muy alto dentro de los productos tecnológicos utilizados en Colombia».
El aumento de los precios de estos productos tendría un impacto directo en la competitividad de las empresas colombianas, que verían encarecidos los costos operativos, y en los consumidores, que podrían verse forzados a buscar alternativas más costosas o de menor calidad.

El impacto de los nuevos aranceles y el proteccionismo
Uno de los mayores temores del sector TIC colombiano es el proteccionismo y la imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos. Según Yohai, «cuando se trata de proteccionismo y la creación de nuevos aranceles para productos del sector TIC, es mucho más complejo». Aunque hay formas de mitigar los riesgos derivados de la volatilidad en el tipo de cambio, «a futuro, sin duda alguna, las medidas proteccionistas generarían sobrecostos que tendrían que ser asumidos por el comprador de la tecnología o el usuario final», destacó.
El sector se enfrenta a una situación aún más difícil debido a la dependencia de Colombia de productos tecnológicos provenientes de Estados Unidos. Las soluciones tecnológicas más avanzadas, desde software hasta plataformas de inteligencia artificial, provienen en su mayoría de empresas estadounidenses, lo que ubica a Colombia en una posición vulnerable ante una posible ruptura de relaciones comerciales.
Una crisis de doble vía: los efectos para Estados Unidos
Para Jaime Andrés Wilches, docente investigador del Politécnico Grancolombiano, «la afectación sería de doble vía». Aunque las restricciones comerciales y las sanciones afectarían directamente a las empresas colombianas que dependen de la tecnología estadounidense, también repercutiría en las compañías estadounidenses que han encontrado en Colombia un socio estratégico en términos de mano de obra y servicios tecnológicos.

«Colombia ha sido un proveedor clave de mano de obra en áreas como programación e infraestructura, lo que ha sido de gran valor para las empresas estadounidenses. El país es un lugar favorable para las empresas norteamericanas que buscan externalizar servicios como la programación o la automatización de procesos», explica Wilches. Por lo tanto, las sanciones no solo perjudicarían a Colombia, sino que también impactarían negativamente en las empresas estadounidenses que dependen de los servicios colombianos.
Las exportaciones de tecnología y la interdependencia económica
La interdependencia económica entre Colombia y Estados Unidos es particularmente evidente en el sector tecnológico. Según Wilches, «las relaciones comerciales entre ambos países son fundamentales, y más en el último año». Colombia importa de Estados Unidos productos clave como gas, alimentos y tecnología.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de Comercio, en octubre de 2024, Estados Unidos exportó a Colombia productos por un valor de 1.900 millones de dólares e importó 1.510 millones, con un balance comercial favorable para el país norteamericano.

Wilches subraya la importancia de comprender que, en un mundo globalizado, «las relaciones de interdependencia son fundamentales», lo que significa que cualquier medida proteccionista tomada por alguno de los países tendría repercusiones tanto para Colombia como para Estados Unidos. En este contexto, el daño económico sería recíproco y afectaría a empresas y consumidores de ambos países.
El impacto en las startups colombianas y el ecosistema emprendedor
La crisis también podría tener un efecto devastador en el ecosistema emprendedor de Colombia. Al respecto, La Federación Colombiana de Software y TI, Fedesoft expresó su preocupación por las posibles implicaciones de la crisis en las startups tecnológicas del país. «Más del 45% de las startups colombianas dependen de inversión y programas de aceleradoras de origen estadounidense», indicó la Federación.
Si las relaciones comerciales se deterioran aún más, estas empresas emergentes podrían enfrentarse a dificultades significativas para acceder a la financiación y el apoyo necesario para crecer y consolidarse.

Además, la Federación señaló que «las exportaciones de software y TI representan el 32% de las exportaciones de servicios de Colombia a Estados Unidos«, lo que demuestra la relevancia de la relación bilateral en términos económicos.
«En materia de infraestructura, muchas de las soluciones tecnológicas colombianas dependen de accesos en la nube, licencias, plataformas de comercio electrónico, aplicaciones y servicios de inteligencia artificial de empresas ubicadas en Estados Unidos», explicó la organización en un comunicado oficial. Una interrupción de estos servicios podría afectar el funcionamiento y la competitividad de las empresas tecnológicas colombianas.
La importancia de los programas bilaterales en investigación y desarrollo
Uno de los aspectos más críticos que afectaría la ruptura de relaciones comerciales entre ambos países es la interrupción de los programas bilaterales de investigación y desarrollo. Colombia y Estados Unidos llevan a cabo más de 600 programas conjuntos en áreas clave como la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico.

«El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia, Minciencias, mantiene 13 convenios vigentes con instituciones de Estados Unidos», informó Fedesoft. Estos programas son fundamentales para la transferencia de conocimiento y el avance en áreas como la inteligencia artificial, que no solo impulsa el sector tecnológico, sino que también es crucial para el funcionamiento de muchas industrias.
La necesidad de una solución diplomática
En medio de esta situación de incertidumbre, tanto Yohai como Wilches coinciden en que la solución debe ser diplomática. Yohai afirma que «es fundamental que se mantenga la calma y que se busque una solución a través del diálogo y la diplomacia».
Por su parte, Wilches recomienda un enfoque que trascienda las decisiones populistas y electorales: «Estamos en un contexto de globalización donde los Estados no pueden seguir actuando como si estuvieran en el siglo XVII. Las empresas también tienen poder y deben actuar a través del diálogo directo para proteger sus intereses».
Asimismo, Fedesoft hace un llamado a que las autoridades colombianas aborden esta situación por vías diplomáticas, sin comprometer la relación económica bilateral con el principal socio comercial del sector tecnológico colombiano.
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