Por José Luis Fernández, Data Center and Virtualization Lead Latin America de Cisco.
Por extraña que parezca la respuesta, las nubes híbridas existen así como nosotros tomamos un taxi, eventualmente, teniendo nuestro propio automóvil. Los CIO’s se siguen haciendo preguntas tales como ¿qué aplicaciones deben correr en nubes o infraestructura privadas? y ¿qué cargas de trabajo pueden y deben llevarse a las nubes públicas?
¿AUTOMÓVIL PROPIO O TAXI?
No hay una única respuesta para todas las necesidades de cómputo de una empresa. Sin embargo, la infraestructura propia es la más adecuada para cargas de trabajo fijas. Si todos los días usted realiza la misma rutina (llevar los niños a la escuela, ir al trabajo, almorzar en un lugar cercano a la oficina y regresar a la casa en la tarde) puede resolverla eficazmente con una infraestructura propia, es decir, con el automóvil propio.
Seguramente, hacer lo mismo con un taxi –ya sea dedicado o compartido– puede ser mucho más costoso y puede presentar mayores inconvenientes en la operación. Ahora bien, si solo necesito dirigirme hacia un punto específico y no quiero preocuparme por la plataforma que me transporta, entonces lo ideal sería tomar un taxi. De esta manera, no tendría que ocuparse de gastos como combustible, mantenimiento, etc. En este ejemplo, las nubes públicas son los taxis y las nubes privadas, el automóvil propio.
Si queremos alcanzar la mayor eficiencia posible manteniendo los estándares de seguridad y las normas de cumplimiento, es necesario combinar los dos servicios. En algunos casos, las nubes públicas son la solución ideal, por ejemplo, para desarrollar software, porque no tiene que compartir la plataforma con aplicaciones que están en producción, puede iniciar el sistema cuántas veces sea necesario sin afectar a nadie, no necesita adquirir una infraestructura nueva y dedicarla únicamente a una función de desarrollo por algunos meses, etc.
Sin embargo, cuando entra a producción y si la carga de trabajo es constante –aún con las percibidas nubes públicas de “bajo costo”– puede terminar pagando en un año, mucho más que el costo de la plataforma. Justamente así nace el concepto nubes híbridas, que significa usar la plataforma más eficiente y adecuada para cada carga de trabajo. Es el mejor uso de cada uno de estos dos mundos. El nuevo desafío es entender lo siguiente: ¿cómo lograr los movimientos de cargas de trabajo de forma simple, manteniendo los mismos niveles de seguridad que ya tiene en el centro de datos?
Para responder esta pregunta, es necesario hacer memoria y recordar los primeros años de Cisco. En aquel momento, existían 3 o 4 arquitecturas dominantes de Redes Locales, las cuales no se comunicaban entre sí. La única posibilidad era comunicar los puestos de trabajo de la LAN entre ellos. El gran éxito de Cisco ocurre justamente cuando encuentra la forma eficiente para que estas redes locales se comuniquen.
De manera similar, Cisco actualmente no solo ha lanzado un producto llamado Intercloud Fabric para facilitar el movimiento de cargas de trabajo entre nubes, sino que ha diseñado una estrategia con todo su ecosistema de aliados para crear la mayor Nube de Nubes del mundo.
Hoy contamos con más de 50 socios de negocio que se han afiliado al Intercloud de Cisco, y cada uno de ellos con varios centros de datos ubicados en todo el mundo. Entre ellos, encontramos Proveedores de Servicios y Nubes especializadas. De esta forma, Intercloud no es simplemente la estrategia de un gigante de la tecnología sino la unión ordenada de varias nubes para ofrecer los servicios adecuados en los lugares apropiados para todos los usuarios del planeta.
Nuevamente, Cisco aporta valor a las comunicaciones desde la conectividad. Aunque esta vez no solo se ocupa de comunicar redes locales, sino que ahora profundiza su trabajo entre nubes con diversos portafolios de Servicios alrededor del mundo. Y lo más importante, con el uso de Intercloud Fabric, el departamento de tecnología de la empresa mantiene el control de la navegación entre nubes, pudiendo garantizar los estándares de seguridad y el seguimiento de las normas de cumplimiento.
