¿El futuro será con IA o no será?
Transforma los negocios, optimizando procesos y mejorando la competitividad. Adaptarse a ella es clave para sobrevivir y prosperar en un mundo digital en constante evolución.
Por Belén Ortega, Mentora de Negocios Digitales, fundadora de Asistente Online y co-fundadora de Academia de Nuevas Profesiones.
En la era digital, resistirse al cambio no es una opción. La Inteligencia Artificial revoluciona la manera en que vivimos, trabajamos y hacemos negocios, al punto que adaptarse a ella se ha vuelto esencial para la supervivencia. Eric Schmidt, ex CEO de Google, lo dejó claro: “No es solo una herramienta más, es la clave para mantenerse relevante en un mundo que evoluciona a pasos agigantados”.
He visto de primera mano cómo las empresas que adoptan tecnologías disruptivas como la IA no solo sobreviven, sino que prosperan. La pregunta no es si implementarla, sino cómo hacerlo estratégicamente para maximizar beneficios sin perder la esencia humana de nuestros negocios.
El impacto de la IA en los negocios
Negar el impacto sería como haber ignorado el internet en los 90. Desde asistentes virtuales que optimizan la atención al cliente hasta algoritmos capaces de predecir tendencias de mercado, no solo mejora procesos, también redefine lo que es posible. Herramientas como ChatGPT, Zapier y Calendly ya no son opcionales; son la columna vertebral de negocios ágiles y competitivos.
Sin embargo, resistirse al cambio sigue siendo una realidad para muchas empresas. ¿Por qué? La respuesta radica en el miedo: a lo desconocido, a la automatización excesiva o a reemplazar habilidades humanas por soluciones tecnológicas. Pero ese temor, si no se aborda, puede ser el mayor error estratégico.
Adaptarse o desaparecer
En los próximos cinco años, implementar IA puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso empresarial. Aquellos que subestimen su impacto corren el riesgo de quedarse atrás, no porque la tecnología los desplace, sino porque otros negocios serán más rápidos, eficientes y competitivos. No reemplaza a las personas; suple las tareas repetitivas, y permite a los equipos enfocarse en lo que realmente importa: la creatividad, la estrategia y la conexión humana.
Un caso concreto: en mi experiencia ayudando a mujeres emprendedoras a automatizar sus negocios, hemos logrado que más del 80% de las tareas administrativas sean gestionadas por IA y aplicaciones, y así liberar tiempo para escalar sus proyectos. El resultado: más tiempo para la familia, menos estrés y un crecimiento financiero sostenido.
Cómo implementarla sin perder el toque humano
El secreto está en integrarla de manera inteligente, sin sacrificar lo que nos hace únicos. Aquí algunas claves:
- Empezá con lo básico: usá herramientas como asistentes virtuales para tareas simples. WhatsApp Business, por ejemplo, permite responder consultas automáticamente, pero deja abiertas las puertas para interacciones humanas más complejas.
- Automatizá lo repetitivo, no lo estratégico: las respuestas automáticas o el análisis de datos son el terreno ideal, pero las decisiones clave deben seguir en manos humanas.
- Fomentá una cultura de aprendizaje continuo: evoluciona constantemente. Capacita a tu equipo para adaptarse y sacar el máximo provecho de las nuevas herramientas.
- Aplicá la regla 10/80/10: es fundamental utilizar esta regla para entrenarla correctamente. Dedica el 10% del tiempo inicial a delegar y entrenar la IA, deja que la IA haga el 80% del trabajo, y finalmente usa el 10% restante para revisar y añadir el toque humano que marcará la diferencia.
- Mantén el contacto humano: aunque optimiza procesos, el cliente sigue valorando la conexión emocional. Diseña experiencias que combinen eficiencia tecnológica con empatía humana.
¿El futuro será con IA?
La respuesta es un rotundo sí. Pero más que temerle, debemos verla como una aliada para amplificar nuestras capacidades y potencial. La IA no limita nuestra creatividad; la libera. Nos permite enfocarnos en lo que realmente importa y construir negocios más humanos, a pesar de ser más tecnológicos.
Resistirnos a su impacto sería un error. Implementarla estratégicamente será la diferencia entre liderar el cambio o quedarnos atrás. Porque, como he aprendido en mi recorrido acompañando a dueñas de negocios digitales: en el futuro, los negocios no serán sin IA. La pregunta es: ¿estás lista para abrazarlo?