¿El software que utilizamos, tiene que tener «calidad”?
Las personas que están leyendo esta nota tienen sus dispositivos conectados a un promedio de 10 aplicaciones. Todas esas aplicaciones fallarán alrededor de dos veces en el año. Estamos acostumbrados a tolerar esas fallas a tal punto que las consideramos normales, pero en realidad son culpa de la Calidad del Software que desarrollan.
La parte de la población mundial que puede acceder a la Tecnología Informática no puede vivir sin Aplicaciones.
Las empresas que desarrollan software sólo se ocupan del nivel de satisfacción del usuario en cuanto a la facilidad de sus características. Pero si se preocuparan por la experiencia del usuario cuando se producen fallas, se tomarían más tiempo para que cada nueva versión de una aplicación no sólo superara a la anterior en prestaciones, sino también en la Calidad del Software.
Sabemos que todo en tecnología puede fallar. Pero cuando el nivel de las fallas es alto y nos acostumbramos a convivir con ello, estamos en un problema que genera diferente tipo de consecuencias que van más allá además del simple hecho de que no se pueda hacer un pago con una billetera virtual.
La culpa de esto la tiene la Calidad del Software que utilizamos, considerando como calidad a “el grado en que un sistema, componente o proceso de software, cumple con los requisitos especificados en su diseño y con las expectativas del usuario”
¿Por qué el software que utilizamos tiene que tener «Calidad”?
Comencemos dimensionando el problema ¿cuánto software utilizamos diariamente?
La cantidad de aplicaciones que una persona normal utiliza a diario varía dependiendo de factores como la edad, la ocupación, la ubicación geográfica y las preferencias personales.
Según un estudio desarrollado por App Annie (ahora data.ai), un usuario de smartphone promedio utiliza alrededor de 9 a 10 aplicaciones por día y unas 30 aplicaciones al mes.
Los tipos de aplicaciones más utilizados son:
- Redes Sociales: Facebook, Instagram, X y TikTok.
- Mensajería: WhatsApp, Facebook Messenger y WeChat.
- Entretenimiento: YouTube, Netflix y Spotify.
- Productividad: Gmail, Outlook, Google Calendar y Slack.
- Compras y Finanzas: Amazon, eBay, aplicaciones de banca móvil y pagos digitales como PayPal.
- Salud y Bienestar: Fitbit y Headspace.
- Juegos en general
¿Cuánto falla el software?
Según un estudio de Dimensional Research patrocinado por Tricentis, el 15% de todas las aplicaciones fallan al menos una vez por mes. Este estudio abarca aplicaciones de todo tipo incluidas las móviles. Estos resultados implican que todas las aplicaciones que utilizamos fallarán casi dos veces por año, en el mejor de los casos.
¿Cómo falla el software?
Redes Sociales: Facebook, Instagram, X y TikTok experimentan caídas del sistema, errores de carga, problemas con las notificaciones y bugs en las actualizaciones.
Mensajería: WhatsApp, Facebook Messenger y WeChat tienen problemas que incluyen mensajes no entregados, fallas en las llamadas de voz y video, y errores en la sincronización de contactos, además de interrupciones globales.
Entretenimiento: YouTube, Netflix y Spotify tienen problemas de transmisión, errores de reproducción, y bugs relacionados con las listas de reproducción. Los servicios de streaming pueden experimentar caídas, especialmente durante los lanzamientos de contenidos nuevos.
Productividad: Gmail, Outlook, Google Calendar y Slack tienen errores que incluyen fallas en la sincronización, problemas de autenticación, y caídas del servicio. Slack, por ejemplo, ha experimentado muchas interrupciones que afectaron la comunicación en tiempo real.
Compras y Finanzas: Amazon, eBay, PayPal, Venmo tienen fallas en el procesamiento de pagos, errores en la actualización de inventarios, y bugs en la interfaz de usuario. PayPal y Venmo han enfrentado problemas de seguridad y transacciones fallidas.
Salud y Bienestar: Fitbit y Headspace tienen fallas en la sincronización de datos, errores en el seguimiento de actividad física, y problemas con la funcionalidad de las aplicaciones con las que se comunican. Fitbit, por ejemplo, ha tenido problemas con la precisión de sus datos en ciertas condiciones.
Juegos: los juegos móviles pueden enfrentar problemas de rendimiento, errores de conexión, y bugs que afectan la jugabilidad. Juegos como Fortnite han tenido muchas actualizaciones para corregir errores y mejorar su estabilidad.
¿Qué tan crítico es que un software no tenga calidad?
La criticidad del impacto de una mala calidad de un software puede generar consecuencias graves dependiendo de cómo interactúa con las personas.
Lo más crítico es el software de tipo biomédico, cuyo más funcionamiento puede generar daños a la vida de las personas.
Un software de tipo financiero con fallas puede provocar pérdidas económicas.
Todo software que no proteja correctamente los datos personales puede perjudicas a los individuos hasta el punto de facilitar una suplantación de identidad.
En todos los casos habrá daños adicionales como consecuencias de tipo legal.
La calidad y la agilidad
Vivimos en un mundo donde la competencia por el consumo masivo de Aplicaciones lleva a las empresas digitales a lanzar nuevas versiones de sus productos, no porque requieran mejoras reales, sino porque, si no lo hacen, quedarían en aparente desventaja con su competencia que sí lo hace. Pero en este análisis no se toman en cuenta las necesidades reales de los usuarios o del mercado en el que se desarrollan, sino una cuestión de “tendencias”.
Por otro lado, debemos asumir la realidad de que las empresas desarrolladoras de software se autoimpusieron una carrera sumamente competitiva en cuanto a sacar a producción nuevos programas y versiones en plazos y lapsos ridículos, con el objetivo de mostrarse que están a la vanguardia del mercado. Estos tiempos tienen como principal consecuencia que se produce un deterioro de las últimas etapas de los proyectos, que justamente se ocupan de verificar la Calidad del software.
Ante esta realidad, la única respuesta es la automatización. Estamos en una situación donde no se debe dejar de lado la etapa de prueba y verificación de un software, pero no hay tiempo para hacerla de manera manual, es aquí donde la automatización e inclusive la Inteligencia Artificial pasan a ser parte de las herramientas de verificación de la Calidad.
El problema de la experiencia del usuario
Un parámetro clave de la falta de calidad de un software es capacidad de ser utilizado durante un tiempo razonable sin tener que reinstalarlo o cambiarlo por otro. Esto no quiere decir que un software no deba ser actualizado. Todo software puede requerir actualizaciones, por ejemplo, de Ciberseguridad, porque las amenazas evolucionan. Todo software puede requerir una actualización que incorpore nuevas características que beneficien al usuario, porque suponemos que el negocio digital es, en parte, un proceso de mejora continua. Pero no es del todo razonable que haya que hacer actualizaciones de software porque se descubrieron problemas en el diseño inicial del propio programa o, peor aún, en el sistema operativo sobre el cual corre. Podemos entender que ningún desarrollo tecnológico puede nacer sin fallas, pero nos hemos acostumbrado a convivir con programas donde las actualizaciones por problemas detectados son una regla y no, como debería ser, una excepción.
El problema de la Calidad del Software y la Inclusión
Otro problema de calidad de un software es su incapacidad para funcionar correctamente en nuevas versiones de Sistemas Operativos, o directamente no funcionar. Podemos entender que, si tenemos una computadora con una antigüedad de diez años, determinado software no funcione porque, entre otras cosas, un dispositivo de esa cantidad de años dejó de ser confiable. Pero cuando hablamos de temas más específicos como las aplicaciones que utilizamos en nuestros teléfonos, aparece un problema directamente relacionado con la inclusión de las personas.
Hoy en día es común que nos manejamos financieramente con distintas aplicaciones de pago, lo que queda acotado a acciones privadas. Pero también tenemos en nuestros teléfonos aplicaciones para gestionar nuestra condición impositiva, previsional, de salud y otros aspectos que hacen a nuestra vida diaria como miembros de una sociedad. Si cualquiera de estas aplicaciones requiere de una determinada versión de sistema operativo o superior, o de determinada gama, aunque sea media, de dispositivo, estoy excluyendo a personas que pueden seguir teniendo dispositivos “funcionales” que no “funcionan” con las últimas versiones de las aplicaciones de la que uno está obligado a tener para existir en una sociedad con determinado nivel de desarrollo tecnológico.
Esto es algo que también lo debe solucionar la adopción de la calidad de software y se denomina Compatibilidad Descendente, que es su capacidad de seguir corriendo en dispositivos de modelos anteriores con versiones de sistemas operativos anteriores.
¿Qué podemos hacer las personas como consumidores del software que necesitamos para nuestra vida diaria?
Lo primero es racionalizar. Preguntarnos al menos una vez por mes si todas las aplicaciones que tenemos en nuestros teléfonos y computadoras son realmente necesarias y desinstalar las que no lo sean.
Al momento de seleccionar una aplicación para su uso, preferir las que sean más estables, consuman menos recursos y tengan críticas favorables en esos aspectos. No siempre tendremos la oportunidad de elegir, como en el caso del Homebanking de nuestro banco, pero cada vez que podamos ejercer la opción, hagámoslo.
No debemos perder de vista que el software forma parte de la Obsolescencia Programada de toda la tecnología informática y este es uno de los factores de la IT que más contribuye al Impacto Ambiental y a la Exclusión Tecnológica.
Y, por último, comencemos a elegir Aplicaciones y Plataformas que cuenten con una certificación de calidad de software, eso generará que este tipo de Certificaciones pasen a ser una condición necesaria para que las empresas se diferencien de su competencia en un aspecto que nos beneficia a todos los que usamos software.