2025 fue el año en que la tecnología dejó de avanzar por capas y empezó a hacerlo por saltos simultáneos. La inteligencia artificial se volvió más autónoma, los dispositivos alcanzaron nuevos niveles de desempeño y la infraestructura global se tensó como nunca para sostener una demanda explosiva de cómputo. Hubo hitos, rupturas, aprendizajes y también advertencias: desde modelos que colapsan por exceso de datos sintéticos hasta ataques que ocurren en segundos. Este es el mapa de los cambios que marcaron el año y que redefinirán la agenda tecnológica de 2026.
IA y nuevos modelos fundacionales
Despegue de los Agent Builders
Las plataformas para crear agentes autónomos pasaron a ser estándar en empresas de todos los tamaños. Los agentes aprendieron de datos internos y ejecutaron tareas completas sin supervisión constante. La “agentización” se volvió un nuevo modelo operativo para automatizar procesos críticos.
Modelos multimodales 2025
Los modelos combinaron texto, imagen, audio y video con mejoras en razonamiento y alineación. Surgieron versiones optimizadas para edge que corren offline en PCs y móviles. La IA embebida permitió experiencias más rápidas, privadas y contextuales.
Primeras regulaciones robustas sobre IA
Europa expandió el AI Act y Asia avanzó con marcos estrictos de auditoría y uso de datos. En LATAM aparecieron guías para transparencia, mitigación de riesgos y seguridad. Por primera vez, empresas debieron adaptar procesos a normas concretas.
Colapso de modelos por datos sintéticos
Varios estudios demostraron que entrenar modelos con contenido generado por IA degrada su rendimiento. El fenómeno puso en alerta a la industria sobre la calidad de los datasets. Se adoptaron filtros y métricas para evitar la “contaminación” del entrenamiento.
Hardware: PC, mobile y edge AI
Llegada del “AI PC” de segunda generación
La nueva camada de procesadores (Panther Lake, X Elite 2, Strix Halo) mejoró drásticamente la inferencia local. Las NPUs dedicadas habilitaron modelos avanzados sin depender de la nube. El AI PC se consolidó como categoría dominante en productividad.
Boom de servidores especializados para IA
La demanda de GPU, TPU y aceleradores híbridos alcanzó niveles récord. Empresas y gobiernos invirtieron en infraestructura optimizada para entrenamiento y despliegue masivo. La carrera global por capacidad computacional se intensificó como nunca.
Consolidación del liquid cooling
El enfriamiento líquido dejó de ser exclusivo de hiperescalares y llegó a bancos, telcos y sector público. Permitió densidades mucho mayores y reducciones de consumo energético. Se convirtió en un nuevo estándar para cargas de IA.
Móviles con IA local avanzada
Los smartphones integraron modelos capaces de generar imágenes y video sin conexión. Los asistentes se volvieron más contextuales, rápidos y privados. La traducción instantánea y las funciones creativas offline fueron las estrellas del año.
Ciberseguridad
Ataques hiperautomatizados en segundos
El ransomware mostró capacidades de ataque y propagación en tiempos inferiores a dos minutos. La defensa autónoma basada en IA comenzó a ser imprescindible. 2025 confirmó que la velocidad es el nuevo campo de batalla.
Ransomware-as-a-service con IA
Los ataques se volvieron más segmentados, creíbles y difíciles de detectar. La IA generó ingeniería social casi perfecta y campañas masivas personalizadas. El phishing alcanzó niveles de sofisticación inéditos.
Vulnerabilidades críticas en autos conectados
Investigaciones como las del SAS 2025 revelaron fallas que permitían controlar funciones remotas del vehículo. La seguridad vehicular pasó al centro de la agenda regulatoria. Se aceleraron auditorías y exigencias para proveedores de telemática.
Plataformas ofensivas autónomas
Empresas como Strike presentaron meta-agents capaces de simular ataques con precisión cercana a la humana. La automatización defensiva y ofensiva redefinió el pentesting tradicional. La seguridad continua se volvió requisito, no recomendación.
Energía e infraestructura
Carrera por los data centers de IA
La demanda global disparó inversiones en regiones frías o con energía renovable barata. Patagonia emergió como uno de los polos potenciales por clima y disponibilidad eléctrica. La infraestructura para IA se convirtió en un activo geopolítico.
Avances en fusión y SMR
2025 dejó hitos en experimentos de fusión y en pilotos de pequeños reactores modulares. Los SMR avanzaron hacia certificaciones más amplias en varios países. Se renovó el optimismo sobre energía limpia y estable a largo plazo.
Transición solar-eólica acelerada con IA
La IA permitió mantenimiento predictivo y mejoras en la eficiencia de redes inteligentes. Los pronósticos hiperlocales optimizaron la integración de renovables. Resultó clave para reducir variabilidad y bajar costos operativos.
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