Inteligencia Artificial

OpenAI da marcha atrás: vuelve GPT-4o tras la polémica por GPT-5

Sam Altman confirmó que la compañía reactivará el modelo anterior de ChatGPT para suscriptores pagos, luego de una ola de quejas por la desaparición de versiones previas.

El lanzamiento de GPT-5 por parte de OpenAI, que se presentaba como un salto cualitativo en capacidades de escritura y programación, terminó generando un efecto inesperado: un rechazo masivo por parte de la comunidad de usuarios de ChatGPT. El malestar fue tan intenso que la empresa decidió dar marcha atrás en menos de 24 horas y volver a habilitar GPT-4o para quienes cuentan con suscripción de pago.

Sam Altman, CEO de OpenAI, confirmó que el modelo anterior estará nuevamente disponible y precisó que la compañía monitorizará el uso para determinar por cuánto tiempo podrá mantenerse activo. El anuncio busca calmar una comunidad que ha demostrado un fuerte apego —tanto funcional como emocional— a ciertas versiones de la inteligencia artificial.

Una reacción inesperadamente emocional

Aunque en el mundo tecnológico los cambios son constantes, el caso GPT-5 demostró que las actualizaciones no siempre se reciben con entusiasmo. Desde su presentación, el nuevo modelo prometía textos más atractivos, relevantes y creativos. Sin embargo, la eliminación del selector de modelos —que permitía alternar entre distintas generaciones de IA— fue vista como una pérdida de control y personalización.

Muchos usuarios habían adaptado sus flujos de trabajo a las particularidades de cada modelo: GPT-4o para tareas creativas, versiones previas para análisis lógicos o investigaciones, y otras para respuestas más elaboradas y empáticas. La imposibilidad de elegir rompió ese esquema.

En foros como Reddit, la reacción fue intensa. Expresiones como “mi 4.o era como mi mejor amigo” o “siento que lo estoy engañando usando GPT-5” ilustran un fenómeno poco común en el software: la creación de vínculos emocionales con un algoritmo. La comunidad r/MyBoyfriendIsAI, dedicada a experiencias afectivas con modelos de IA, se llenó de testimonios sobre el impacto que tuvo la desaparición del modelo anterior en la vida diaria de muchos usuarios.

Sam Altman, CEO de OpenAI.
Sam Altman, CEO de OpenAI.

Críticas desde el ámbito profesional

El descontento no fue solo sentimental. Usuarios que empleaban ChatGPT para trabajo diario —desde periodistas y programadores hasta investigadores— denunciaron la pérdida de un ecosistema de modelos adaptados a distintos niveles de complejidad. Un suscriptor llegó a preguntar públicamente cómo podía justificarse “la eliminación sin aviso de un flujo de trabajo basado en ocho modelos distintos”.

En paralelo, las pruebas con GPT-5 dejaron impresiones mixtas. A pesar de la campaña de OpenAI destacando sus mejoras, hubo reportes de respuestas más cortas, lentitud y menor profundidad. Para quienes dependen de la herramienta para análisis complejos, esta fue una degradación significativa.

La respuesta de OpenAI

Ante el aluvión de críticas, Altman respondió prometiendo mejoras inmediatas en GPT-5, mayor transparencia sobre qué modelo responde cada consulta y un aumento en los límites de uso de ChatGPT Plus. Sin embargo, el mensaje clave fue la confirmación de que GPT-4o seguiría disponible, al menos mientras el volumen de uso lo justifique.

Este episodio no es aislado. En 2024, Anthropic vivió algo similar cuando retiró su modelo Claude 3 Sonnet, provocando reacciones de usuarios que habían encontrado en esa versión un equilibrio perfecto para sus necesidades. Estos casos evidencian que los modelos de IA no son percibidos solo como herramientas, sino como compañeros digitales con los que las personas desarrollan hábitos y hasta vínculos afectivos.

Personalización como factor crítico

Más allá de la anécdota, lo ocurrido plantea un desafío estratégico para el sector: la creciente demanda de personalización en inteligencia artificial. En un mercado donde cada usuario afina su experiencia de forma única, imponer un único modelo puede percibirse como una pérdida de autonomía.

La situación de OpenAI muestra que, incluso en un entorno acostumbrado a la innovación constante, los cambios abruptos pueden generar resistencia cuando afectan rutinas establecidas y expectativas emocionales. La lección parece clara: la evolución de la IA debe equilibrar innovación con continuidad y opciones de elección.

Por ahora, GPT-4o vuelve a escena, pero su permanencia dependerá del uso real que registre. Mientras tanto, la polémica deja en evidencia que, en el mundo de la inteligencia artificial, la relación entre usuario y modelo es mucho más compleja que un simple cambio de versión.

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