La decisión de compra de un coche nuevo tiene que ver ya más con la tecnología que incorpora que con el rendimiento del motor. En el estudio “El Vehículo Conectado” realizado por Accenture, entre conductores de doce países, se ha puesto de manifiesto que el crecimiento de los vehículos conectados supone un aspecto para la diferenciación y la venta, pero también es un reto para los fabricantes de coches, ya que deben estar al día de las demandas de los clientes.
Muchas personas esperan ahora que su coche sea una extensión de su smartphone, su televisión, su tableta, su ordenador y su consola y se convierta en la sexta pantalla dónde informarse o divertirse. Como resultado de ello, muchos coches nuevos contienen hoy más de 10 millones de líneas de código de software. Y esto va a ir en aumento, asegura Ismael Sancha, Managing Director de Accenture España.
Para responder a esta creciente demanda de los consumidores, los fabricantes de automóviles necesitan diseñar capacidades cada vez más sofisticadas que les permitan incorporar –por ejemplo- ayudas a la conducción –como los sistemas de advertencia de fatiga del conductor–, servicios digitales en streaming de ocio y música, funciones de navegación en tiempo real, además de un una amplia gama de servicios de seguridad.
Los fabricantes también deben aplicar rigurosas técnicas de desarrollo de software para gestionar dicha complejidad, equilibrando la necesidad de velocidad y flexibilidad para adaptarse a los rápidos ciclos de la electrónica de consumo.
En este sentido, Accenture advierte una tendencia creciente en las plataformas abiertas para permitir incorporar múltiples tecnologías en la siguiente gama de automóviles. A todo ello se suma la necesidad de rediseñar los procesos empresariales y desarrollar nuevas soluciones de software para tecnología móvil, tanto dentro del vehículo como desde cloud.
Adicionalmente, están las nuevas áreas de crecimiento previstas. Un ejemplo es el interés de los consumidores por los servicios de mantenimiento predictivo. Las tecnologías de consumo deben tenerse en cuenta en la fase de diseño y los modelos deben fabricarse de forma que proporcionen flexibilidad para cambiar y adaptar servicios, dependiendo de las demandas de cada mercado. Si el conductor prefiere servicios de planificación de ruta y actualizaciones de tráfico digitales en tiempo real en China, frente a servicios digitales de música en streaming en España, los ejecutivos del sector deben ocuparse de cómo incorporar la flexibilidad necesaria para añadir diversas tecnologías a un único modelo y venderlo en ambos países.
Además de retos, también están apareciendo nuevas oportunidades. La capacidad de crecimiento de los datos fuente de vehículos permitirá una variedad de nuevos servicios digitales entre empresas y entre empresas y consumidores.
Para los fabricantes, los datos detallados de los vehículos podrían ayudarles a mejorar sus procesos de ingeniería, reducir costes de garantía y mejorar su relación con los concesionarios al ayudarles a gestionar el inventario de recambios y servicios.
Los datos obtenidos de vehículos también pueden utilizarse para crear una cartera de servicios B2C con valor añadido como, por ejemplo, diagnóstico y servicios de asistencia prestados a los
conductores a través de múltiples dispositivos: el equipo de sonido del coche, el smartphone o la tableta del conductor.
Por último, el crecimiento de las tecnologías digitales también está influyendo en la forma en la que los fabricantes gestionan la demanda para esta nueva generación de vehículos conectados. Han comenzado a aparecer herramientas sociales de compra de coches e incluso financiación colectiva para adquisiciones de coches en las que las redes sociales se utilizan para adaptar los nuevos modelos. Asistiremos a un rápido incremento de las nuevas estrategias, tecnologías y procesos digitales entre los fabricantes en su proceso de innovación, competencia y expansión.
Es posible que las tecnologías de consumo estén produciendo algún dolor de cabeza a los fabricantes, pero también les ofrecen la oportunidad de incrementar las ventas si lo aprovechan, como seguro harán.
LOS DATOS DUROS
De los 14 mil 195 consumidores encuestados, el 72% de los usuarios esperan una alarma de colisión frontal y delantera, el 67% un dispositivo de visión nocturna y una alarma de alerta de cambio de carril y de “puntos ciegos” es representada por el 62 por ciento.
Hoy en día los conductores de 12 países (Alemania, Brasil, China, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Francia, Indonesia, Italia, Malasia, Reino Unido y Sudáfrica) ya utilizan servicios de navegación conectados en sus automóviles, ya sea para obtener información de tránsito (50%) o información de clima que son el 36 por ciento, mientras que el 26% realiza búsquedas de información al interior del vehículo.
El estudio señala que el 61% de los consumidores consideró importante que tanto automóvil como dispositivo inteligente tengan el mismo sistema operativo. En cuanto a los servicios para los pasajeros, mencionaron que les gustaría recibir avisos sobre información vial, así como la existencia de un sistema que detenga el coche en caso de que el conductor sufre un infarto.
“Los automóviles conectados y su evolución hacia vehículos autónomos, tendrán implicaciones profundas en los negocios. Diversas industrias, entre ellas las de telecomunicaciones, energía y servicios financieros, tendrán que colaborar para optimizar las capacidades de estas nuevas adopciones hacia la maximización de la industria automotriz”, concluye Hugo Gómez, director de Tecnología de Accenture México.
