Infraestructura

“Alta demanda y dependencia eléctrica”: los desafíos que tiene Chile producto del consumo energético de las nuevas tecnologías

Aunque mucho se habla de las bondades y beneficios de la inteligencia artificial (IA), lo cierto es que sus sistemas y aplicaciones requieren de una alta capacidad de procesamiento. Cuanto más complejos y avanzados sean estos sistemas, mayor será la carga sobre la red eléctrica del país. ¿Hacia dónde nos dirigimos?

Hoy en día las nuevas tecnologías, la masiva proliferación de dispositivos móviles (IoT) y el gran avance de la IA están aumentando significativamente la dependencia de la generación energética. Más que una alerta, representa una serie de desafíos cruciales.

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la demanda mundial de energía creció un 2,2% en 2024, superando el promedio de la última década. Este incremento fue del 4,3% de la demanda de electricidad, impulsado por temperaturas récord, la electrificación y la digitalización. En este último punto, la expansión de los centros de datos cumple un rol fundamental.

“Aunque aún es precipitado hablar de una sobrecarga o colapso de la infraestructura eléctrica nacional, es importante plantear la conversación para que no nos tome por sorpresa. Hace muy poco vivimos un “blackout” por razones aún desconocidas y en Europa ocurrió algo similar a finales de abril de este año. Por lo tanto, más que preocuparnos, es importante tomar consciencia y actuar”, explica Alvaro Villalón, BDM Payment en Coasin Logicalis.

Los centros de datos, esenciales para el desarrollo de tecnologías como la IA, consumen enormes cantidades de energía. Un solo centro puede requerir el equivalente al consumo de 100 mil hogares.
Los centros de datos, esenciales para el desarrollo de tecnologías como la IA, consumen enormes cantidades de energía. Un solo centro puede requerir el equivalente al consumo de 100 mil hogares.

Como señala la IEA, “no hay IA sin energía”. El entrenamiento y la implementación de modelos de IA se realizan en centros de datos de gran tamaño y alto consumo energético: un centro de datos típico centrado en IA consume tanta electricidad como 100 mil hogares, pero los más grandes que se están construyendo actualmente consumirán 20 veces más.

“Las redes eléctricas ya se encuentran bajo presión. Por lo tanto, aunque hay algunos avances, urge mayor rapidez para asegurar un suministro eléctrico fiable, estable, sostenible e inteligente en todo el país en el futuro”, menciona Villalón.

Ante el crecimiento de la demanda energética, Chile enfrenta tres grandes retos:

El diseño de software eficiente es clave para la sostenibilidad tecnológica. Aplicaciones mal optimizadas elevan la necesidad de hardware más potente, intensificando la demanda energética.
El diseño de software eficiente es clave para la sostenibilidad tecnológica. Aplicaciones mal optimizadas elevan la necesidad de hardware más potente, intensificando la demanda energética.
  1. Sostenibilidad tecnológica. Disfrutamos de constantes actualizaciones en sistemas y aplicaciones, pero es vital que los desarrolladores se basen en la eficiencia. Lo contrario conlleva una demanda constante de hardware más potente, sin abordar el problema de fondo: el diseño de software. Esta tendencia, extrapolada a otras áreas, podría generar problemas de disponibilidad de infraestructura a largo plazo. Por ende, debemos avanzar hacia desarrollos que consuman la cantidad óptima de recursos.
  2. Arquitecturas más distribuidas. Ante el riesgo de saturación de la infraestructura debido al rápido crecimiento del consumo y la demanda, es clave crear arquitecturas más distribuidas. Cada día se irá requiriendo más capacidad de procesamiento y la infraestructura (energía, conectividad, redes, equipos, servidores, data center) debe estar preparada. Y es que no solo se necesita electricidad para encender las máquinas, sino que también para enfriarlas.
  3. Modernizar la red eléctrica. Actualizar y modernizar la columna vertebral que provee energía —incluyendo la generación, distribución y el almacenamiento— es esencial para asegurar la continuidad del suministro, de acuerdo a la demanda actual. Esta renovación no previene fallas a gran escala, sino que permite estar preparados y alineados para sistemas y aplicaciones más avanzadas.

“El avance de tecnologías como la IA y el IoT está impulsando una transformación profunda en nuestra sociedad, pero también plantea grandes exigencias al sistema energético nacional. Aunque aún no enfrentamos un colapso, es fundamental abrir esta conversación con anticipación. La presión sobre las redes eléctricas es real y creciente. El problema es que, si no somos cuidadosos, podríamos llegar a necesitar más energía e infraestructura de la que realmente tenemos”, recalca Villalón.

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