Black Friday bajo la lupa: por qué la ciberseguridad hoy también es emocional
La temporada de ofertas revela cómo los estafadores explotan impulsos y sesgos del consumidor, combinando técnicas digitales y persuasión para convertir la emoción en un riesgo real.
Por Samuel Toro, Head of Sales para la región norte de Latinoamérica en Trend Micro.
Cada año, el Black Friday despierta la misma emoción colectiva: el deseo de aprovechar el descuento perfecto antes de que se agote. Mientras millones de personas buscan las mejores ofertas, los ciberdelincuentes también afinan sus estrategias y no lo hacen desde la tecnología, sino desde la psicología.
Hoy, los atacantes digitales no solo crean códigos maliciosos, también estudian comportamientos humanos y entienden cómo la urgencia, la euforia o el miedo a perder una oportunidad pueden convertir un clic impulsivo en la entrada a una estafa.
De hecho, según el más reciente informe sobre amenazas por correo electrónico de Trend Micro, los ataques de phishing aumentaron un 31 % entre 2023 y 2024, reflejando cómo los ciberdelincuentes perfeccionan sus tácticas para parecer cada vez más legítimos. Entre las más comunes se encuentran los correos de confirmación de compras, los mensajes de envío y las alertas de bloqueo de cuenta.

A su vez, la irrupción de la inteligencia artificial ha potenciado esta tendencia. Actualmente, los atacantes usan IA generativa para crear páginas falsas idénticas a las de las marcas más conocidas o chatbots fraudulentos que simulan conversaciones reales, con el objetivo de despertar una emoción antes que una sospecha, lo que conlleva a que el consumidor sienta urgencia, se salte la verificación y confíe.
En ese sentido, el problema es que en el entorno digital, esa emoción —que en la vida cotidiana podría ser inofensiva— se convierte en una puerta abierta. El fraude digital moderno no solo se basa en tecnología, sino en comportamiento humano. Los ciberdelincuentes estudian cómo pensamos y reaccionamos frente a un estímulo. Por eso, la ciberseguridad hoy también pasa por la educación emocional del usuario.

En Trend Micro sabemos que protegerse en línea también implica detenerse un segundo antes de hacer clic. Por eso, invitamos a los usuarios a asumir un rol más consciente: cuestionar la urgencia de los mensajes —porque todo lo que genera ansiedad o prisa merece una segunda mirada—, revisar con calma la fuente y los detalles del remitente, y apoyarse en soluciones tecnológicas confiables que detecten y bloqueen en tiempo real fraudes impulsados por inteligencia artificial o campañas de phishing.
El fin de año seguirá siendo una temporada de grandes oportunidades, tanto para compradores como para atacantes. Sin embargo, la diferencia entre disfrutar una oferta o ser víctima de un fraude radica, muchas veces, en un solo segundo de conciencia.
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