
Cómo la Inteligencia Artificial busca frenar un problema que le cuesta 80.000 millones de dólares al año al sector asegurador
El fraude en seguros encarece hasta un 15% las pólizas en mercados como Argentina. En este contexto, la IA emerge como la principal herramienta para detectar irregularidades, reducir costos y agilizar reclamos.
El fraude en seguros es uno de los mayores desafíos que enfrenta la industria a nivel mundial y su impacto económico crece año tras año. Según la Coalition Against Insurance Fraud, se estima que el 10% de los siniestros reportados presentan irregularidades, lo que genera pérdidas estimadas en más de 80.000 millones de dólares anuales de acuerdo con la Asociación Internacional de Supervisores de Seguros (IAIS). Este problema es aún más crítico por la alta informalidad, la falta de integración de datos y el uso de procesos manuales que incrementan la vulnerabilidad del sistema.
Los fraudes más comunes en el sector incluyen la exageración de daños reales, la simulación de robos para cobrar indemnizaciones, la presentación de facturas médicas falsas, la generación de siniestros premeditados con documentos adulterados, el robo de identidad y la colusión entre clientes, prestadores y terceros. En mercados como el argentino, se estima que estas prácticas incrementan las pólizas entre un 10% y un 15%, generando costos que recaen directamente en los asegurados.
En este escenario, la tecnología se ha convertido en un aliado indispensable. La transformación digital de las aseguradoras está enfocada en la detección temprana, prevención y mitigación del fraude a través de herramientas innovadoras.

Sistemas basados en inteligencia artificial (IA), machine learning, automatización y verificación digital permiten comparar miles de casos en segundos, detectar inconsistencias en relatos, validar identidades y documentos de forma instantánea, y brindar mayor transparencia en los procesos. Esto no solo reduce los riesgos, sino que también mejora la experiencia de los clientes legítimos.
“El fraude en seguros no es un hecho aislado, es un problema que alcanza a todo el sistema. Cada caso irregular termina encareciendo las pólizas y generando desconfianza incluso en los clientes que hacen las cosas bien. Hoy, la tecnología no es un lujo para enfrentarlo: es la única forma de cuidar la sostenibilidad del negocio asegurador”, señaló Silvia Pascual, Business Manager en Flux IT.
Usos de la IA para detectar fraude en seguros
Los usos de la inteligencia artificial en la detección de fraude en seguros ya muestran resultados concretos y se pueden destacar en cinco aplicaciones principales:
- Análisis de fotos: herramientas de IA analizan imágenes de siniestros y detectan si son auténticas o manipuladas, o si el mismo daño ya fue reportado antes en otro reclamo.
- Reconocimiento de patrones sospechosos: los algoritmos de ML procesan miles de reclamos históricos y detectan patrones que suelen estar presentes en fraudes.
- Análisis de texto y voz: la IA puede revisar cómo se redacta o cuenta un reclamo para identificar inconsistencias y contradicciones en el relato de los hechos.
- Verificación de identidad: herramientas de IA pueden ayudar a validar rápidamente quién está detrás de un reclamo a través del reconocimiento facial en tiempo real, y confirmar que la persona existe y coincide con los documentos presentados.
- Dispositivos telemáticos: verificación de información a través de los datos registrados en los dispositivos telemáticos.

Estas herramientas marcan una diferencia significativa frente a los procesos tradicionales, donde la revisión manual y las auditorías posteriores resultaban costosas, lentas y con un margen de error elevado. Gracias a la IA, las aseguradoras pueden establecer alertas automáticas que señalan posibles irregularidades, mejorar los tiempos de respuesta en la resolución de reclamos y reducir las pérdidas económicas asociadas al fraude. El resultado es un ecosistema más confiable, donde tanto compañías como clientes se benefician de mayor seguridad y eficiencia.
“La inteligencia artificial cambió la manera de encarar el fraude: ya no se trata de descubrirlo cuando el daño está hecho, sino de anticiparse con alertas en tiempo real. Esa capacidad de prevenir es lo que hoy marca la diferencia: menos costos, más velocidad y respuestas mucho más precisas”, concluyeron desde Flux IT.
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