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Auge de las stablecoins en Argentina: más del 60% del volumen cripto ya se mueve en monedas estables

El uso de estos criptoactivos representa el 61,8 % del volumen transaccionado en Argentina, superando ampliamente el promedio global. Su adopción se aceleró en los últimos años como respuesta a la inflación, la devaluación del peso y las restricciones cambiarias.

Con un crecimiento sostenido a nivel mundial, las stablecoins se han convertido en uno de los activos digitales más utilizados del ecosistema cripto. Su característica distintiva, la paridad 1:1 con monedas fiduciarias como el dólar o el euro, les otorga una estabilidad que atrae tanto a usuarios minoristas como empresas.

Esta cualidad, sumada a su eficiencia transaccional, su disponibilidad permanente y sus costos operativos más bajos que los del sistema bancario tradicional, las posiciona como una herramienta financiera clave, especialmente en países donde la volatilidad económica es parte de la vida cotidiana.

Según Chainalysis, en América Latina la adopción de criptomonedas creció un 42,5% en el 2024, y gran parte de ese crecimiento fue impulsado por el uso de stablecoins. La región recibió más de 415 mil millones de dólares en criptoactivos y Argentina aparece como uno de los países líderes en este movimiento.

Las stablecoins se posicionan como uno de los activos digitales más utilizados en el ecosistema cripto, destacándose por su estabilidad y eficiencia transaccional.
Las stablecoins se posicionan como uno de los activos digitales más utilizados en el ecosistema cripto, destacándose por su estabilidad y eficiencia transaccional.

El país recibió más de 91 mil millones de dólares, una cifra que refleja la magnitud del interés por estos activos, en particular, el uso de stablecoins, este tipo de monedas representa el 61,8 % del volumen transaccionado en Argentina, superando incluso a Brasil y muy por encima del promedio global, que se sitúa en torno al 44,7 %.

Sin embargo esta tendencia no es casual, Argentina durante los últimos años enfrentó una inflación que superó el 200% de acuerdo con cifras del INDEC, combinado con múltiples restricciones cambiarias y una acelerada devaluación del peso, estos factores generaron un escenario donde acceder al dólar, proteger el ahorro y mantener cierto nivel de previsibilidad económica se volvió cada vez más difícil por medios tradicionales.

En ese contexto, las stablecoins fueron ganando terreno como una vía accesible, rápida y legal de dolarización digital para millones de argentinos que buscan proteger su poder adquisitivo o realizar pagos internacionales sin pasar por los canales oficiales.

En Argentina, el 61,8% del volumen transaccionado en criptoactivos corresponde a stablecoins, superando a otros países de la región y al promedio global.
En Argentina, el 61,8% del volumen transaccionado en criptoactivos corresponde a stablecoins, superando a otros países de la región y al promedio global.

“Si bien el impacto se ha visto con claridad en momentos de crisis, en la actualidad, donde las cifras inflacionarias son cada vez más bajas, el uso de estas monedas digitales se ha descentralizado: no solo lo adoptan ahorristas, sino también pequeños comercios, freelancers, estudiantes y hasta jubilados que buscan estabilidad financiera, invertir en nuevos mercados y generar ganancias de forma automática”, expresó Sebastián Siseles, CEO de Vesseo, billetera digital pensada desde su origen para operar con USDC, una de las stablecoins más grandes, reguladas y seguras del mundo.

Al descentralizar las finanzas y brindar acceso directo a activos estables, las stablecoins contribuyen a un sistema más abierto y dinámico. Empresas exportadoras, profesionales independientes y pymes encuentran en ellas una solución eficiente para cobrar en divisas, esquivar intermediarios costosos y mantener liquidez sin recurrir a cuentas bancarias tradicionales. Asimismo, han surgido nuevos productos y servicios financieros que integran stablecoins, como tarjetas de débito cripto o plataformas de pago con integración fiat-digital.

Un ejemplo concreto de cómo las stablecoins se integran a la vida cotidiana es la alianza con MoneyGram, que con más de 300.000 puntos de atención en 180 países permite transformar los saldos digitales en efectivo inmediato. Este tipo de funcionalidades convierte a las stablecoins en algo más que un activo de ahorro: se transforman en una herramienta de liquidez práctica y global.

Las empresas argentinas, especialmente las exportadoras y las pymes, utilizan stablecoins para cobrar en divisas, evitar intermediarios y mantener liquidez sin recurrir a bancos tradicionales.
Las empresas argentinas, especialmente las exportadoras y las pymes, utilizan stablecoins para cobrar en divisas, evitar intermediarios y mantener liquidez sin recurrir a bancos tradicionales.

Los beneficios son múltiples: las stablecoins permiten ahorrar en dólares sin necesidad de recurrir al mercado paralelo, operar 24/7 sin restricciones horarias, enviar y recibir pagos internacionales sin comisiones elevadas, y realizar transacciones de forma instantánea.

Además, aportan una capa de transparencia, ya que muchas están respaldadas por reservas reguladas. En la práctica, esto mejora la inclusión financiera y promueve una cultura de gestión económica más autónoma, especialmente en sectores que históricamente estuvieron excluidos del sistema bancario tradicional.

A futuro, se espera que la adopción de stablecoins en Argentina continúe creciendo. “El potencial de estas monedas no se limita al ahorro personal, pueden ser la base para la creación de activos financieros tokenizados, sistemas de remesas más eficientes y herramientas de pago para el comercio electrónico. Sin embargo, para que ese crecimiento sea sostenible y seguro, será clave avanzar hacia una regulación que brinde claridad legal, fomente la innovación y proteja a los usuarios”,  concluyeron desde Vesseo.

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