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Virtualización, nube, IaaS… todo lo que el desarrollador necesita saber para elegir bien

¿Qué factores son los que determinan la elección del tipo de infraestructura en locación de terceros? ¿Qué escenarios de uso son más adecuados para cada oferta? Luciano Martínez, de Huawei, aporta claridad a estas cuestiones.

En tiempos en que los acrónimos han invadido el mercado, sobre todo los que terminan es “aaS”, por “as a Service”, la llamada de manera genérica “oferta de nube” se ha vuelto sumamente compleja. Acaso el punto más bajo en la oferta (y el más económico) sea el del despliegue de máquinas virtuales (VMs) con un alto nivel de mediación del proveedor del servicio, mientras que en el otro extremo está el aprovisionamiento autogestionado de recursos de nube de manera mucho más ágil, escalable y flexible, casi sin intervención del proveedor.

Virtualización, nube, IaaS… todo lo que el desarrollador necesita saber para elegir bien

“La infraestructura es siempre la misma (servidores, equipos de almacenamiento, de comunicación, de networking, firewalls). El hecho de que sea como servicio implica que no sos el propietario de la infraestructura, sino que estás rentando un servicio —explica Luciano Martínez, ingeniero de Preventa de Soluciones, y arquitecto de Soluciones de Nube de Huawei—. Dentro de los diferentes sabores que existen, podés tener una virtualización en el datracenter de un tercero, o podés tener una nube pública, o también podés tener tu nube privada, pero es una cuestión de costos”.

En materia de operación, la virtualización resulta más engorrosa. “En una virtualización yo tengo que levantar un ticket para mi proveedor y decirle, por ejemplo, necesito que me configures la regla del firewall para poder salir por tal puerto”. En la nube pública, la configuración demandada puede ser volcada directamente en la consola, sin intervención del proveedor de la nube. Esto otorga un alto nivel de autonomía, a lo que se le suma la posibilidad de automatizar ciertas tareas.

Virtualización, nube, IaaS… todo lo que el desarrollador necesita saber para elegir bien

Martínez aclara que si bien es inicialmente una cuestión de costos, ése es sólo un factor de muchos a tener en cuenta. “Si tenés un entorno que tiene que crecer dinámicamente y bajo demanda, vas a necesitar las herramientas de automatización que tiene una nube. Esto se ve bien en el retail, en el caso de un Black Friday, donde entra mucho tráfico al sitio. Hay escalamientos automáticos dentro de la plataforma (autoscaling) que hacen que se creen a demanda nuevos servidores, y que luego se desafecten cuando la demanda baja”.

La complejidad del entorno también juega un rol preponderante en la decisión. “Para un entorno simple, como puede ser un web server, te alcanza con una virtualización, porque es un entorno poco dinámico, en el que una vez que dejé implementada la infraestructura, lo único que se hace es brindar el servicio. No hay mayores cambios que hacer. Pero en algunos entornos, por ejemplo con SAP, hay complejidades dentro de la infraestructura que hay que atender. Se trata, sobre todo, de una infraestructura dinámica, donde va cambiando el requerimiento de la arquitectura, y las necesidades de hardware y de los vínculos de comunicaciones. Esto requiere de una flexibilidad muy grande, que únicamente puede brindarte un proveedor de nube”, especifica el arquitecto de soluciones.

Virtualización, nube, IaaS… todo lo que el desarrollador necesita saber para elegir bien

Huawei, a través de la oferta OpenCloud (en alianza con Movistar/Telefónica) tiene su propia oferta de IaaS, que se diferencia de otras en varios aspectos fundamentales. El primero, el soporte en español, lo que facilita la comunicación de los problemas y su posterior resolución. Otro de los factores está relacionado con los parámetros de la comunicación, y particularmente con la latencia. Una comunicación con una nube físicamente situada en los Estados Unidos requiere de siete u ocho “saltos”, lo cual agrega complejidad al paquete y aumenta el tiempo que tarda el paquete en llegar a destino (su latencia), valor que típicamente se ubica en 150 a 200 milisegundos. En entornos como los de SAP, donde se realiza procesamiento “in memory” para bajar drásticamente el tiempo de respuesta, incluso 150 milisegundos pueden ser demasiado. “Uno de los grandes diferenciales que tenemos nosotros respecto de otras nubes —puntualiza Martínez— es que estamos localmente en la Argentina, y eso nos da la posibilidad, a través de Telefónica, de integrarnos a través de la red de MPLS y llegar la última milla con fibra óptica, reduciendo las latencias de manera significativa”.

Autor

  • Alejandro Alonso

    Periodista de ciencia y tecnología, y escritor. Ha trabajado en medios como Insider, ComputerWorld, IT Resellers Magazine, Telecomunicaciones & Negocios y Prensa Económica, entre otros, a lo largo de más de 25 años de trayectoria.

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Alejandro Alonso

Periodista de ciencia y tecnología, y escritor. Ha trabajado en medios como Insider, ComputerWorld, IT Resellers Magazine, Telecomunicaciones & Negocios y Prensa Económica, entre otros, a lo largo de más de 25 años de trayectoria.

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