El mundo tecnológico siempre fue de hombres, nadie sabe bien por qué, ni quién lo impuso; pero esa realidad me persigue hace más de 10 años.
Era una mañana de esas que despiden al verano con timidez, un marzo que para mí marcaba un antes y un después: por fin iba a trabajar de lo que quería desde chiquita, iba a tener la posibilidad de que mis notas sean más que las prácticas de la facultad y alguien iba a leerlas. Lo más extraño, era que, en 23 años, jamás había pensado que iba a escribir sobre tecnología, pero esa era la realidad y me entusiasmaba muchísimo el desafío.
Tuve la suerte de dar el primer paso (y realmente todo mi camino) en ITSitio, una empresa donde siempre se había valorado el trabajo de las mujeres, de hecho, me sorprendió cuando tomé mi posición ese primer día: eran un 80% de mujeres, que trabajaban en diferentes áreas: redacción, comercial, diseño, administración, etc.
Armé newsletters y edité notas. Generé contenidos para ITSitio España, y luego, tuve la posibilidad de trabajar de lleno para Latinoamérica. Fueron tantos años a paso lento, que resulta casi imposible relatarlos, pero lo importante fue que el tiempo avanzó y me permitió conocer un poco más de este mundo tecnológico que resulta un misterio para aquellos que nunca pertenecieron.
Siendo parte de la redacción de ITSitio, tuve la oportunidad de cubrir mis primeros eventos, que me sorprendieron siendo la única mujer que los cubría y generando tal vez más atención de la que me hubiese gustado. Sin embargo, el tiempo me hizo aceptarlo, y el paso de los años fue haciendo aparecer nuevas mujeres que llegaban, cada vez más, a todo tipo de eventos. 1, 2, 3, 4, 5 años y fuimos más, y más mujeres.
Con 33 años, 10 años después de aquella mañana de marzo, me encontré siendo editora de este mismo medio en el que crecí en todos los sentidos pero con un panorama absolutamente diferente. Tal es así, que el mes pasado, viajé a cubrir dos eventos: uno en New York y otro en Chicago; y ambos me demostraron que el cambio es cada vez más fuerte.
Inforum 2017, es la conferencia anual de Infor que se organiza cada año en New York para presentar a empresas y canales su estrategia de negocios y nuevos productos. Sin embargo, la marca decidió ir más allá de eso y sumó una conferencia especial para mujeres. Las que trabajan en empresas que quieren comprar soluciones, las que trabajan en Infor y las periodistas que lo cubrían: todas éramos mujeres trabajando en un universo que muchos aún creen que es de hombres. El mensaje fue claro: las mujeres tienen su lugar y son parte del futuro.
Unas semanas más tarde, estuve en F5 Agility, la conferencia anual de F5 donde la marca da el puntapié inicial a su año fiscal con novedades para clientes y canales. Allí, fue que volví a sorprenderme cuando me invitaron a un almuerzo para mujeres que se llenó de las que no tienen miedo de caminar en tierras que a veces y sin intención, son negadas.
“¿Alguna vez te dijeron que sos intimidante, “bossy” y exigente?” decía aquella PPT con la que comenzó el almuerzo y mi sorpresa no fue sorpresa, cuando ví como el 100% de las asistentes levantaban la mano.
Este universo no es de hombres, es de quién quiera caminarlo, de quién le apasione, de quien quiera conocerlo y atravesarlo. Las mujeres tienen su aporte, otro aporte, que muchas veces puede resultad intimidante, pero que justamente por ello, aporta más valor del que se cree.
Mientras tanto y cada día en el que sigo caminando este universo, recuerdo cuando hace 5 años atrás, fui a hacer una entrevista sobre Big Data y los voceros de una marca me miraron con una sonrisa: “¿Cuántos años tenés? ¿Querés que te expliquemos antes lo que es Big Data?” dijeron, pero no acepté y avancé con mis preguntas para irme luego y escucharlos decirme “Qué bien que una mujer sepa sobre Big Data”
¿Y por qué no?
