Uno de los grandes desafíos que se presentan por éstos tiempo son las denominadas AI (artifical intelligence). Y aprender sobre éstas es justamente uno de los retos que Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, se puso para el año 2016. Así es como nació Jarvis: un asistente virtual con inteligencia artificial, capaz de aprender de las ordenes que recibe de Mark y su familia.
Funciona a través de una app en iPhone o mediante un Messenger Bot, por lo que puede funcionar reconociendo la voz de las personas o reconociendo texto. Puede controlar íntegramente la casa: desde luces, temperatura, artefactos de hogar, entretenimiento y seguridad. La parte inteligente es que aprende los gustos y preferencias de quien le enseña, además de palabras y conceptos. Un detalle no menor es que la voz de Jarvis es el mismísimo Morgan Freeman.
https://www.youtube.com/watch?v=SHNyfG0YPqA
Los primeros obstáculos con los que se encontró Zuckerberg fueron los distintos lenguajes con los que se comunican las cosas. Luces, termostato, TV y sistema de entretenimiento de diferentes marcas complicaron el camino, sin contar que muchos artefactos aún no están conectados a internet. Luego llegó el momento de enseñarle a Jarvis a entenderlo, primero con palabras sencillas y luego más complejas, además de comprender el contexto. Sin embargo, Mark no se conformó sólo con eso y unió a Jarvis con sus sistemas de seguridad, haciendo que reconozca a las personas (algo en lo que Facebook es muy bueno) y permitir o denegar el acceso a su hogar.
https://www.youtube.com/watch?v=LZ8x433H5sE
Mark toma como conclusión que, si bien estima que en los próximos 5 a 10 años los sistemas de AI tendrán más precisión en los sentidos (tacto, visión, oído, etc) que las mismas personas, actualmente nos encontramos muy lejos de entender cómo funciona el aprendizaje. Toma como ejemplo su caso: utilizó 100 horas en crear a Jarvis, pero si hubiera utilizado 1000 no habría hecho un avance significativo.
Por el momento Jarvis sólo funciona para Mark Zuckerberg, pero no nos apresuremos en llamarle egoísta: el código se encuentra de momento muy atado a la casa de Mark, es decir, no existe una versión “genérica” que podamos adaptar a nuestras necesidades, aunque no descarta que exista una versión de código abierto o un nuevo producto en un futuro.
