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Cómo ayudar a las organizaciones a decidir en base a la evidencia de los datos

Para que conceptos como inteligencia de negocios, analíticas de datos o Big Data encuentren sustrato en las organizaciones, es necesario crear una cultura de datos. Luis Orozco, gerente general de Data IQ, explica las bases de esta cultura, y que deben hacer los canales para acompañar a sus clientes en esa jornada.

Hace tres años, durante su simposio anual de Marketing, los analistas de Gartner recomendaban a los decisores “deja el instinto para los perros, en lugar de eso usa datos” para plantear la estrategia. Los datos y las analíticas son aceleradores clave dentro de los esfuerzos de digitalización y transformación de las organizaciones. Con todo, en la actualidad, menos del 50% de las estrategias corporativas documentadas mencionan datos ya analíticas como componentes fundamentales en orden a brindar valor empresarial. Gartner predice que eso cambiará rápidamente. Hacia 2022, el 90% de las estrategias corporativas mencionarán explícitamente la información como un activo empresarial crítico y las analíticas serán una competencia esencial. “En estos últimos años ha crecido la conciencia sobre el tema, especialmente en las empresas grandes. En las organizaciones pequeñas y medianas a menudo prevalece todavía la intuición”, comenta Luis Orozco, gerente general de Data IQ. Esta empresa es Master Reseller en la Argentina de Qlik (un importante proveedor de software de inteligencia empresarial y visualización de datos) desde 2006, y hoy cubre además Paraguay y Uruguay.

Orozco señala que la cantidad de datos disponibles creció, y sigue creciendo año contra año a un ritmo antes impensado. “Tenés infinidad de datos en los sistemas transaccionales, en las redes sociales, smartphones, sensores, IoT y un montón de aparatos que generan datos. Hay que explotar esos datos para tomar mejores decisiones”, El ejecutivo agrega: “Si uno deja que el competidor use estos datos para tomar decisiones más acertadas que el estómago propio, lo más probable es que al competidor le vaya mejor”. Orozco advierte, sin embargo, que es necesario lograr que todos los empleados de la organización estén capacitados para usar los datos. En ese orden, por ejemplo, Qlik está llevando adelante junto con otras empresas y organizaciones —como Accenture, Cognizant y Experian— un proyecto de Data Literacy, que impulsa la alfabetización en materia de la utilización de los datos. “Esto implica que los empleados entiendan los datos, que puedan argumentar con datos, que puedan hablar con sus jefes con datos y que tomen decisiones basadas en esos datos”, dice Orozco.

Ante la posibilidad de integrar procedimientos de búsqueda u obtención de insights a través de Inteligencia Artificial, Orozco indica que en Qlik prefieren el término Inteligencia Aumentada: “es la combinación de la información y la inteligencia artificial con la inteligencia humana, porque en última instancia alguien (un humano) debe tomar una decisión”. Orozco da un ejemplo: “Hoy se habla mucho de las historias clínicas digitalizadas y la posibilidad de realizar diagnósticos y determinar tratamientos basados en la evidencia aportada por miles de papers y análisis realizados alrededor de todo el mundo. Pero al final lo que obtiene el médico son porcentajes de éxito o fracaso. Es el médico el que, junto al paciente, determina cuál es el camino terapéutico a seguir”.

Para empezar este camino de toma de decisiones apoyada en el uso de los datos, es importante preguntarse:

  • ¿Confía en los datos de que dispone?
  • ¿Está haciendo las preguntas adecuadas?
  • ¿Tienen los empleados de la organización acceso a los datos del negocio, para jugar con los datos, entenderlos y decidir a partir de la información destilada de esos datos?
  • ¿Se anima a tomar decisiones en base a los datos, o seguirá tomando decisiones basado en su instinto?

En paralelo, se debe trabajar sobre el gobierno de los datos y su aseguramiento, la compartimentación de la información sensible y la determinación de quién accede a qué datos, y la normalización de la información que se maneja. Sobre esto último, Orozco explica que ante una misma pregunta (¿Cuánto vendimos?) el gerente puede obtener tres o cuatro respuestas diferentes, porque cada empleado aporta el dato numérico desde su punto de vista o a partir de las fuentes de que dispone (la planilla de las ventas totales, el consolidado de los reportes de ventas de las sucursales, los números que tira el sistema a una determinada fecha teniendo en consideración los impuestos o los descuentos, etcétera). “Por eso hablamos del dato curado”, observa Orozco. La idea es que ante una determinada pregunta, todos manejen la misma data normalizada. A partir de esto es que, en las grandes organizaciones, está ganado preminencia el rol del CDO, o Chief Data Officer, que es quien debe velar por el gobierno de los datos y facilitar su explotación.

¿Cuál es el rol del canal de valor agregado o del consultor? ¿Cómo puede habilitar al cliente, o asistirlo en este proceso?

“El análisis de los datos y la toma de decisiones en base a la información que emerge de esos datos se está generalizando”, afirma Orozco, y anima a los canales (acaso los mismos consultores que han implementado el ERP dentro de la organización, u otros sistemas transaccionales) a llegar a las áreas de gerencia con la propuesta de ayudarlos a tomar decisiones más informadas. “Tienen allí la oportunidad de incorporar servicios para implementar esos sistemas de BI (inteligencia de negocios). No se trata solamente de llevar e instalar una herramienta, sino de entrenar a los usuarios y acompañar a esas organizaciones en el cambio. Además, se abre una oportunidad de servicios a posteriori, porque las organizaciones empiezan con un caso de uso, pero luego van agregando otros. El canal puede acompañar también el crecimiento en cantidad y variedad de casos de uso con servicios propios”.

¿Big Data o no Big Data?

Orozco cuenta de clientes que quieren implementar Big Data, pero que cuando se los consulta sobre la cantidad de datos de que disponen, no llegan a un Terabyte de información. La realidad es que hay que poner en la balanza cuestiones como qué cantidad de datos se necesitan para tomar ciertas decisiones, qué cantidad de datos tiene efectivamente la organización, cuán confiables son esos datos, cuáles son las fuentes de estos datos y a qué nuevas fuentes de datos (internas o externas) sería posible acceder, entre otras.

¿Cómo debería ser la herramienta que permitiera explotar estos datos?

“En el mundo empresarial se conoce el Excel: la planilla de cálculo. El problema es que cada uno tiene la suya, y cada una de estas planillas bien podría tener información parecida pero no igual. Lo ideal sería que la herramienta brindara acceso a los datos que hoy tiene la empresa (de los sistemas transaccionales, pero también de fuentes externas como consultoras o redes sociales, de manera transparente), que coherentemente mostrara el mismo dato a todos los usuarios autorizados a verlo, que permitiera a todos ellos jugar con los datos (y obtener los mismos resultados ante las mismas preguntas), y que los usuarios pudieran acceder a esas capacidades desde cualquier dispositivo: la PC de la oficina, la laptop, el teléfono celular o la tablet”, resume Orozco.

Autor

  • Alejandro Alonso

    Periodista de ciencia y tecnología, y escritor. Ha trabajado en medios como Insider, ComputerWorld, IT Resellers Magazine, Telecomunicaciones & Negocios y Prensa Económica, entre otros, a lo largo de más de 25 años de trayectoria.

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Alejandro Alonso

Periodista de ciencia y tecnología, y escritor. Ha trabajado en medios como Insider, ComputerWorld, IT Resellers Magazine, Telecomunicaciones & Negocios y Prensa Económica, entre otros, a lo largo de más de 25 años de trayectoria.

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